El comercio de la miseria

Editado por Maite González Martínez
2021-02-05 07:25:50

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La fiscalía inició investigación por “el delito de homicidio, derivado del hallazgo de cuerpos y vehículos calcinados”. Enrique Serrato/EFE)

Por: Guillermo Alvarado

El asesinato de 19 migrantes en el estado mexicano de Tamaulipas, próximo a la frontera con Estados Unidos, sacó una vez más a la luz los extraordinarios riesgos de la travesía hacia una supuesta tierra de oportunidades, que suele conducir en ocasiones a la muerte.

Lo poco que se conoce del caso es que las víctimas fueron ejecutadas a balazos y sus cadáveres calcinados y abandonados en una camioneta.

Autoridades mexicanas señalaron que once por lo menos eran guatemaltecos y así parecen confirmarlo varias familias del pequeño y muy pobre municipio de Comitancillo, ubicado en el occidente de ese país.

Jóvenes del llamado Triángulo Norte Centroamericano, formado además por Honduras y El Salvador, buscan escapar a la miseria, la falta de oportunidades y la violencia, con la esperanza de encontrar en Estados Unidos cómo mejorar sus vidas y las de sus parientes.

Para ello deben caer en manos de traficantes sin escrúpulos, llamados también “coyotes”, que supuestamente se encargan de llevarlos sanos y salvos a su destino, algo que con frecuencia no ocurre.

La tragedia comienza con la búsqueda del dinero que se les exige, que oscila entre 7 mil y 15 mil dólares. Las familias suelen vender o hipotecar sus escasas propiedades o adquirir onerosas deudas que las mismas redes se encargan de facilitarles y les cobran sin piedad.

Si el viaje se frustra por alguna razón, deben volver a su pueblo mucho más pobres que antes y en ocasiones sin tener dónde vivir.

Para otros, como los 19 que motivaron estas reflexiones, no queda ni siquiera la ventaja de terminar con vida, porque las redes de traficantes son implacables y están asociadas con otras formas de crimen organizado, como narcotráfico, trasiego de armas y corrupción gubernamental.

De hecho, entre las primeras capturas ordenadas por la fiscalía de Tamaulipas figuran doce miembros de la policía local, acusados de homicidio calificado, abuso de autoridad, mal desempeño de funciones y falsedad de informes.

No se piensa que ellos ejecutaron el múltiple asesinato, pero sí que dieron protección a los autores y limpiaron la escena del crimen para borrar huellas.

Numerosos testimonios indican que en ese territorio todo está bajo el control de mafias que, además, pelean entre sí por el dominio de las rutas. Los coyotes trabajan con ellos, o deben pagarles por cada viajero y cuando algo sale mal, éstos últimos sufren las consecuencias.

Una y otra vez repito que la solución no está en aplicar políticas fronterizas, sino en generar desarrollo y justicia en los países emisores para que la gente no se vea obligada a elegir entre la muerte o una eventual oportunidad. 



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