Foto tomada de ZonaGreek
Por Roberto Morejón (RHC)
Israel, del cual se afirma posee el servicio secreto más poderoso del mundo, es el lugar donde crearon una herramienta eficaz para escrutar la vida de civiles, opositores, incómodos y potenciales adversarios.
Así lo reveló la investigación de varios medios de comunicación internacionales, los cuales señalaron al software israelí Pegasus como canal idóneo para rastrear la actividad de activistas, políticos y periodistas.
Si bien la empresa privada NSO encargada de desarrollar el software para teléfonos móviles negó que lo vendiera sin estrictos requisitos, lo cierto es que la pesquisa refleja que más de 50 000 números resultaron de interés para sus clientes.
Edward Snowden, quien denunció la existencia de programas masivos de vigilancia ciudadana incluyendo a Estados Unidos, consideró que la revelación sobre Pegasus sería la nota del año.
De ser ciertos los argumentos presentados por las fuentes, estaríamos en presencia de una confirmación de cómo se extienden los métodos, basados en el último grito de la tecnología, para controlar y neutralizar a quienes los compradores de Pegasus lo consideren pertinente.
Ahí están entre los ejemplos dramáticos de personas merodeadas el periodista mexicano Cecilio Pineda Brito, notoriamente crítico del gobierno anterior en ese país.
Pineda Brito, asesinado en 2017, NO sería el único curioseado porque figuran 25 informadores, entre ellos coordinadores del rotativo La Jornada, de visión progresista, y los familiares de las víctimas de Ayotzinapa, en México.
Más allá de ese país destacan entre los observados acuciosamente más de 600 políticos y funcionarios, 64 ejecutivos de negocios y 85 activistas.
Así que los que creían que las técnicas sofisticadas para rastrear personas solo estaban en manos de Estados Unidos, ahora deben entender que Israel suministró a una lista de usuarios NO revelada un vigoroso medio de escucha y visualización.
No es difícil imaginar cómo esos procedimientos de punta también se utilizan en función de perseguir a los considerados como enemigos del régimen sionista, los palestinos y árabes en general.
Igual objetivo, pero con sus correspondientes adversarios reales o inventados, tendrían clientes de la empresa NSO en el mundo, pues alegarían que todos podemos convertirnos en espías.