La Amazonía también gana

Editado por Maite González
2022-11-01 07:09:25

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Por María Josefina Arce

A horas de haberse conocido la elección como presidente de Luiz Inácio Lula Da Silva, las señales para Brasil son alentadoras. Noruega manifestó su disposición de reactivar el Fondo Amazonía, una decisión ya expresada a mediados de año si las elecciones generales de este mes significaban un cambio de gobierno en el gigante suramericano.

La nación escandinava señaló que enviará un negociador o un equipo para discutir con el electo presidente y su equipo el restablecimiento de la cooperación para garantizar que se reduzcan las tasas de deforestación.

Puesta en marcha en 2008 durante el segundo mandato de Lula Da Silva, esta iniciativa busca prevenir, monitorear y combatir la deforestación de la selva tropical más grande del planeta.

Noruega, junto a Alemania, son los mayores donantes. Oslo destinó en diez años, hasta 2018, unos MIL 200 millones de dólares al Fondo.

Decenas de proyectos fueron financiados para prevenir la deforestación, que en ese tiempo se redujo considerablemente, un hecho reconocido por organismos internacionales como la ONU.

Sin embargo, la llegada en enero de 2019 de Jair Bolsonaro a la presidencia significó una ruptura, por la pésima gestión ambiental del ex capitán del ejército que ha puesto en peligro al pulmón del planeta, considerado como uno de los elementos claves para el equilibrio del clima global.

En los cuatro años de mandato Bolsonaro debilitó sistemáticamente las leyes y controles para la protección de la región amazónica, que, de acuerdo con  los pueblos indígenas, el gobierno ve como una mercancía.

La realidad es que el actual inquilino del Palacio del Planalto  incentivó la minería ilegal, la tala indiscriminada y las actividades agropecuarias en la zona, que ha ido perdiendo a un ritmo vertiginoso masa boscosa.

Entre los años 2020 y 2021, según los cálculos, la Amazonía brasileña perdió casi 9 MIL kilómetros cuadrados de selva, el peor dato de los últimos 13 años.

Activistas e indígenas, que han visto crecer las amenazas en su contra, presentaron en octubre de 2021 una denuncia ante la Corte Penal Internacional por la política ambiental del mandatario brasileño.

La elección de Lula Da Silva como nuevo presidente de Brasil abre una esperanza. Ha manifestado que el planeta necesita una Amazonía viva y trabajará por una deforestación cero para proteger una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo y hogar de numerosos pueblos originarios.



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