La perpetua frialdad de Davos

Editado por Maite González
2023-01-19 06:32:18

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El secretario general de la ONU António Guterres afirmó en el Foro de Davos que el mundo está en un “estado lamentable”.

 

Por: Roberto Morejón

El club de los millonarios por excelencia, el Foro de Davos, retomó su normalidad en Suiza luego de la parte aguda de la pandemia, en medio de la cotidiana frialdad de esa localidad alpina, la misma temperatura de la economía global, amenazada por augurios sombríos.

Con una agenda colmada de los problemas de la coyuntura mundial, más de dos mil 700 grandes empresarios y políticos, rodeados de exquisito confort, balancean las noticias lúgubres.   

El Foro Económico Mundial reveló una encuesta de presidentes de grandes transnacionales, en la que se manifiesta que dos tercios de ellos pronostican una recesión global en el año en curso.

Los paladines del sector privado participantes en el sondeo admitieron la necesidad de aplicarle tijeras a  los costos de producción, como réplica a un panorama tan nocivo.

El horizonte es especialmente pesimista para Europa, donde la totalidad de los indagados prevé un crecimiento económico débil o muy débil este año.

Ciertamente, esas predicciones están amparadas por las resonancias de una recesión mundial, la inflación y el ascenso de los tipos de interés.

Pero a las perspectivas nada halagüeñas sobre el rumbo económico del planeta, aceptadas por los participantes en la exclusiva tertulia en Suiza, no se suman análisis sobre cómo los infortunios recaen sobre las vidas de los más vulnerables.

En un mundo dividido tras la pandemia y el conflicto en Ucrania y donde el orden reinante se recompone con un retroceso de la globalización, aparece un elocuente informe de la Organización NO Gubernamental NG Oxfam, acerca de la desigualdad.

La Tierra vive por primera vez en los últimos 25 años el alza simultánea de la riqueza y la pobreza extremas, advirtió la fuente.

Uno por ciento de la población más acomodada retiene casi dos terceras partes de la riqueza creada durante el azote de la Covid-19.

Mientras tanto, más de 820 millones de personas, o sea una de cada diez en el planeta, padecen hambre.

Si bien la advertencia sobre una explosión de desigualdad atrajo la atención en los inicios del Foro de Davos, los concurrentes no cambian sus postulados y siguen recomendando a los gobiernos aplicar las recetas neoliberales que tantas injusticias derivaron en los últimos años.

Entonces poco puede creerse en el lema que preside el encuentro anual de los más opulentos: “cooperación en un mundo fragmentado”, porque precisamente el neoliberalismo es el culto al individualismo, antagónico a la predicada generosidad.



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