imagen / Revista Hegemonía

Por: Roberto Morejón

De forma descarnada, una alta oficial de las fuerzas armadas estadounidenses, Laura Richardson, nada menos que Jefa del Comando Sur, espetó sin sonrojos que al sur del Río Bravo se extiende una región muy  atrayente por, dijo ella, sus abundantes recursos naturales.

Richardson habló en un evento del Atlantic Council, uno de los llamados tanques pensantes con estrechos lazos con la OTAN, y tal vez por el carácter belicista de su auditorio se liberó de ataduras diplomáticas.

Confesó la uniformada que la región es de nuestro interés por sus abundantes recursos, elementos de tierras raras y el triángulo del litio, zona estratégica que comparten Argentina, Bolivia y Chile.

Como a la curtida guerrera le pareció poco el factor apuntado, agregó las reservas de petróleo, cobre, oro, el Amazonas y la existencia de 31 por ciento del agua dulce del mundo.

Ahí concluyó el inventario. Ni los pueblos, sus tradiciones e historia, su cultura y vecindad, nada de lo anterior motivan el interés de la Richardson.

La inoportuna, desafiante y reveladora declaración pone en aprietos a los políticos y pensadores de su país sobre cómo observan a América Latina.

A su manera, la alta oficial estadounidense puso sobre el tapete la manoseada tesis del patio trasero, llamativo por su posición geoestratégica y ventajas naturales.

Pero sería un error pensar que la jerarca militar se contenta solo con lo apuntado, pues según versiones de prensa, le atribuyen una solicitud irreverente a los países de Nuestra América.

La jefa del Comando Sur de Estados Unidos les pidió ceder su equipamiento militar ruso a Ucrania y  Washington lo reemplazaría por el de factura estadounidense.

De la decisión soberana de esos países de adquirir donde deseen los pertrechos de su interés no habló Laura Richardson porque al parecer no está entre sus prioridades.

De esta forma su país quiere trasladar a esta zona del Hemisferio Occidental la rivalidad entre potencias, por la cual las administraciones estadounidenses y sus aliados de la OTAN hacen del mundo un lugar cada vez más inseguro.  

La doble embestida de la jefa del Comando Sur provocó como era de esperar amargas críticas, como la del presidente boliviano, Luis Arce.

El gobernante sostuvo: "No vamos a aceptar que nadie se atribuya nuestras riquezas naturales como si fueran suyas”.

Pero, ¿entenderá la aludida las reacciones tan enérgicas desde posiciones apegadas a la independencia?

Seguramente no, porque la Jefa del Comando Sur simplemente puso nuevamente sobre el tapete la óptica de muchos teóricos y practicantes de la Doctrina Monroe, nada envejecida, como ella misma evidencia.