Mi casa, mi bolsa en Brasil

Editado por Maria Calvo
2023-03-09 07:20:34

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Programas de beneficio social en Brasil

por Roberto Morejón

Como si cuatro años de gobierno le resultaran muy cortos, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva, impulsa los primeros programas de beneficio social, como prometió en su campaña electoral, en asociación con recuerdos placenteros de la población de escasos recursos.

El gobierno de Lula reanudó el proyecto denominado “Mi casa, mi vida” encaminado a construir 2 millones de viviendas para familias pobres en un país donde existe un déficit de 6 millones.

Idea enarbolada por Lula en 2009 y luego desarticulada por el ultraderechista ex presidente Jair Bolsonaro, el referido designio se asocia a otro de gran arraigo, el de Bolsa familia.

Aún en vías de aprobación legislativa, este último se erige como el procedimiento contra la pobreza más alegórico de Brasil, y como se asociaba al Partido de los Trabajadores, Bolsonaro le cambió el nombre y diluyó.

Lula lo recobra con el apelativo original vinculado a requisitos, pues el pago mensual a unas 22 millones de familias necesitadas exigirá llevar a los niños a la escuela, vacunarlos y someter a las embarazadas a revisiones prenatales.

Bolsa familia es memorable por actuar como uno de los resortes clave para atenuar limitaciones extremas de pobladores.

Se trata de uno de los propósitos del presidente Lula al reasumirlo ahora, sin descuidar otras vertientes para atender urgencias de muchos brasileños.

El nuevo gobierno en el gigante sudamericano se propone asimismo ampliar la industrialización sin olvidar a Petrobras, hostigado y en parte privatizado durante la gestión bolsonarista.

Bajo la óptica neoliberal reasumida luego del golpe palaciego contra la exjefa de Estado Dilma Rousseff, en Brasil cerraron muchas empresas ante el empuje del libre mercado a ultranza.

El otrora líder sindical hoy en el Palacio de Planalto confía en trabajar porque su país vuelva a crecer y mejore la vida de sus compatriotas, aun en medio de estrecheces materiales pues la economía se contrajo en el último trimestre de 2022, por primera vez en más de un año.

El gobernante progresista confía en sus asignaciones sociales, como hizo a partir de 2002 y 2006, años de inicio de sus períodos anteriores en el poder.

Con el más reciente triunfo electoral, Lula pone fin a la desprotección del Estado, la alianza mimada con Estados Unidos y a la burla a cánones democráticos.

 Por supuesto, no será fácil por el aliento otorgado por Bolsonaro a la extrema derecha.

 



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