Señales alentadoras

Editado por María Candela
2024-02-05 09:22:31

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Cartel

Por Guillermo Alvardo

Se conoció recientemente que en la ciudad estadounidense de Chicago el Consejo Municipal aprobó una resolución donde se pronuncia por un cese al fuego inmediato en Gaza, o sea poner fin al genocidio que el Estado sionista de Israel está cometiendo en esa región.

El anuncio tiene una importancia singular, porque esa urbe, también conocida como “la ciudad de los vientos”, y el estado de Illinois, al cual pertenece, son un bastión del Partido Demócrata, la agrupación política del presidente Joseph Biden, un entusiasta partidario de la matanza perpetrada por Tel Aviv.

Más aún, Chicago será la anfitriona de la Convención Nacional Demócrata, donde Biden será oficialmente ungido como candidato a la reelección para competir con su viejo rival, Donald Trump, quien por estos días lo aventaja en los sondeos de intención de voto.

Es, pues, un llamado de atención que la Casa Blanca no puede ignorar y que se suma a iniciativas similares adoptadas hasta ahora en Detroit, San Francisco, Atlanta y Portland, Maine.

La resolución tuvo el apoyo, entre otros, del reverendo Jesse Jackson, y fue presentada por la concejala Rossana Rodríguez.

Luego del éxito de esta gestión, Rodríguez explicó que la solidaridad con el pueblo palestino tiene mucho que ver con su origen puertorriqueño.

Somos colonia del país más poderoso del mundo, vimos lo que sucedió cuando el huracán María nos devastó, la pandemia se cobró la vida de más de cinco mil personas,  señaló.  Ahora, agregó, "estamos viendo cómo los palestinos están padeciendo algo aún peor, de manera cotidiana".

Pero las grietas en el Partido Demócrata acerca del genocidio palestino son todavía más profundas. Samantha Power, directora de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos, Usaid, , fue enfrentada durante un acto público por sus propios colegas y empleados.

Agnieszca Sykes, quien se fue de la Usaid hace poco, le espetó: “Usted escribió un libro sobre genocidio, pero aún está trabajando. Debería renunciar”, le dijo en tono airado.

Mientras, empresarios árabe-estadounidenses se negaron a recibir al Secretario de Estado, Antony Blinken, en protesta por el apoyo de Washington a Israel.

La zona fría en torno a la Casa Blanca se incrementa, justamente en un año electoral, y hace falta que Biden termine de enterarse que existen muchos ciudadanos decentes y miembros de su propio partido que no comparten su política en el Oriente Medio y eso, inexorablemente, tendrá un reflejo en las urnas.



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