La derecha intenta cercar a Venezuela

Editado por María Candela
2024-08-01 11:30:05

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Imagen ilustrativa

Por Roberto Morejón

Una atropellada campaña en las redes sociales y en la prensa hegemónica junto a la injerencia de decenas de gobiernos en las elecciones y la posterior proclamación del triunfador, conforman el panorama en Venezuela, matizado además por una ola de violencia interna, a cargo de la extrema derecha. 

Con el ropaje de protestas contra los resultados ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral que le otorgaron el triunfo en la jornada del 28 de julio a Nicolás Maduro, grupos de exaltados vandalizaron instalaciones gubernamentales, políticas y económicas. 

En uno de los costados más sombríos de la arremetida de la extrema derecha, se reveló la utilización de adolescentes y jóvenes, a quienes les habrían pagado, según las denuncias.

Con total parcialidad, los grandes medios y las redes ocultan ese ángulo de lo que se expone como protestas pacíficas de los antichavistas, pero algunos de los centenares de detenidos comienzan a indicar contubernios y conspiradores, informó la fiscalía. 

Varios muertos además de decenas de heridos, entre ellos funcionarios militares, según Telesur, se añaden a la lista de hechos lamentables.

La prensa internacional y redes cuestionan las acciones de fuerzas del orden para restablecer la paz y minimizan denuncias del Consejo Nacional Electoral de que fue objeto de un ciberataque para frenar o demorar el conteo de los sufragios. 

El gobierno venezolano define la situación como una escalada de violencia que, con el pretexto de que se cometió fraude en los comicios, intenta provocar un cambio de régimen.  

La cabeza visible es la exdiputada María Corina Machado, quien habla, gesticula y ordena cien veces más en comparación con las que lo hace el que presentaron como candidato de los extremistas, Edmundo González.

A la maniobra interna se unen gobiernos derechistas de América Latina que como el de Argentina, permitió el cerco de la embajada venezolana en Buenos Aires, y ahora lamenta el entorno de su legación en Caracas. 

No por casualidad, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, llamó a respetar la autodeterminación de los pueblos.

Frente a los ataques, el gobierno venezolano convoca a sus seguidores a unirse y confía en el papel de las fuerzas armadas y policía, celosos guardianes de la Constitución. 

Lo que está en juego en Venezuela es algo más que el resultado de una contienda electoral, pues fuerzas poderosas, con apoyo extranjero, intentan violentar la democracia de un país rico en yacimientos de hidrocarburos. 



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