Estados Unidos maneja campaña contra Evo Morales

Editado por Maite González Martínez
2016-02-12 09:14:00

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(Foto: www.cis.gob.bo)

Por: Guillermo Alvarado

Numerosas son las denuncias sobre la intervención de Estados Unidos para desviar la voluntad del pueblo en el referendo organizado en Bolivia para decidir si el presidente Evo Morales, y su vicepresidente Álvaro García Linera, pueden postularse de nuevo para sus cargos en las elecciones de 2019.

El mismo jefe de Estado boliviano denunció que las maniobras de la derecha destinadas a desprestigiar a su gobierno e imponer el no en la consulta popular, vienen desde Washington, y así lo han corroborado también otros medios.

Un extenso artículo del analista argentino Atilio Borón, publicado en el diario mexicano La Jornada con el título “Bolivia, el no nace en Washington”, denuncia que agencias estadounidenses dedicadas a la subversión, como el Instituto Nacional Demócrata, NDI, y el Instituto Republicano Internacional, IRI, actúan por medio de diversos operadores en la nación andina.

El NDI se fundó en 1983, tiene su sede en Washington y oficinas en medio centenar de países y organiza e instruye grupos afines a los intereses de Estados Unidos bajo la cobertura de promover la democracia y fortalecer organizaciones políticas y civiles, todo ello, por supuesto, en países cuya soberanía e independencia molesta en alto grado a la Casa Blanca.

El NDI tiene estrechos nexos con la Agencia Central de Inteligencia y desde agosto del año pasado coordina acciones con opositores bolivianos, entre ellos Soledad Chapetón, y representantes de Rubén Costas, Samuel Doria Medina y Luis Revilla.

Su principal objetivo es dirigir una campaña sucia con el artero propósito de desprestigiar al presidente Evo Morales y para ello trasladó a Bolivia a “especialistas” en acción política, como el chileno Claudio Ortíz y los peruanos Cecilia Ormeño y Rafael Sotomayor.

Mientras, el IRI, creado por el partido Republicano y dirigido por el ex candidato presidencial John McCain, tiene credenciales muy conocidas en América Latina, donde fue un activo promotor del golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras y es responsable directo de la inestabilidad política en Haití.

En otros continentes, se le señala como instigador de grupos violentos en Egipto y coordinar la creación de una amplia coalición de partidos conservadores en Polonia para impedir el avance de fuerzas progresistas.

De acuerdo con Atilio Borón, en 2014 algunos diputados opositores bolivianos viajaron a Washington para reunirse con el ex marine y activista del IRI, Joseph Humire, a quien le pidieron "capacitación", apoyo político y recursos económicos.

Se sabe, también, que la embajada estadounidense en Bolivia aportó unos 200 mil dólares para “contribuir” con la campaña contra las reformas constitucionales que permitirían a Morales y García Linera continuar las transformaciones sociales y económicas que sacaron al país del agujero donde los neoliberales lo habían sumido.

Bolivia juega un papel estratégico en latinoamérica, sobre todo tras los golpes sufridos en Argentina y Venezuela, y nada tiene de extraño que Washington utilice todos los recursos y artimañas para tratar de impedir el SÍ, que mantendría abiertas las puertas a los cambios progresistas que iluminan a nuestra región.



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