Fidel, la inspiración del deporte en Cuba

Editado por Martha Ríos
2017-01-12 13:56:18

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Imagen de Archivo

Por Lubia Ulloa Trujillo

Este 14 de enero se cumplirán 55 años de establecida en Cuba la Serie Nacional de Béisbol, evento que reemplazó al torneo profesional imperante en la Isla desde la etapa pre-revolucionaria.

El estadio Latinoamericano, en La Habana, fue el escenario del memorable suceso, que le daría una connotación diferente, no solo al béisbol cubano, sino también al movimiento deportivo en el país, guiado por su máximo promotor: Fidel.

Ese día el Comandante en Jefe, en aquel entonces Primer Ministro de Cuba, bateó la primera bola y pronunció las palabras inaugurales de la lid, en las que resaltan las que identificarían al béisbol nacional después de 1959 “… este es un triunfo de la pelota libre sobre la esclava…”

Según recoge la prensa de la época Fidel escogió batear y, luego de dos lanzamientos, le conectó un roletazo entre primera y segunda al derecho de Azucareros, Jorge Santín, para dejar abierta la primera de las Series Nacionales.

En esa oportunidad vaticinó que Cuba tendría grandes peloteros con los cuales se les iba a ganar a los americanos, profecía cumplida en la Copa del Mundo de 1969, celebrada en República Dominicana, donde se alcanzó la victoria frente al equipo representativo de Estados Unidos.

La relación del líder cubano con esta y otras disciplinas va más allá de lo insospechado, pues ningún otro presidente de un país dedicó tanto tiempo como él a las actividades deportivas.

Fidel asistió a los partidos y discusión del Mundial de Béisbol en las ediciones de 1971 y 1973, celebradas en el estadio Latinoamericano.

Nadie como él estuvo al tanto o presente, no solo en abanderamientos, victorias o celebraciones, sino también en las derrotas o en los momentos más difíciles.

Muchos acontecimientos así lo confirman, tales como el juego efectuado en 1999 en el Latino entre los Orioles de Baltimore y la selección nacional, con triunfo para los visitadores de tres carreras por dos.

Esa fue la primera vez que una novena de la pelota cubana amateur rivalizaba con un equipo de grandes ligas, después del triunfo de la Revolución.

En el libro "Fidel nunca se poncha", del periodista Osvaldo Rojas Garay, se recogen testimonios de ex-atletas de la talla de Antonio Muñoz, Juan Pérez Pérez, Enriquito Díaz y Silvio Montejo, entre otros, que denotan la especial atención del líder a los peloteros y su empeño en el desarrollo de la revolución científico-técnica en el pasatiempo nacional.

El texto de Rojas Garay también detalla el juego del 24 de julio de 1959, entre los Barbudos y la Policía Nacional Revolucionaria, en el cual iban a ser rivales Fidel y Camilo para financiar la Reforma Agraria. Es en ese momento en el que Camilo apareció con el traje de los Barbudos y expresó la frase célebre: "Yo no estoy contra Fidel ni en la pelota".

Entre los tantos ejemplos de humildad y humanidad del Comandante están la visita que le realizó a Juan Padilla, estelar segunda base de Industriales, quien perdió un ojo por un accidente, y la que le hizo a la corredora Ana Fidelia Quirot, cuando se debatía entre la vida y la muerte a causa de un incidente doméstico.

Padilla relató en entrevista, que los 55 minutos de conversación con Fidel le cambiaron la vida, pues le dio mucho ánimo al exponerle ejemplos de personas que con un solo ojo habían logrado muchas metas.

Ana Fidelia expresó que cuando vio entrar al Jefe con su paso firme a la sala de quemados del Hospital Hermanos Ameijeiras, sintió que le salvaba la vida dándole la fuerza interna para continuar.

El estadista cubano se convirtió en el guía fundamental para que el deporte fuera masivo, llegara hasta los más recónditos lugares de la geografía del territorio nacional y se llevara tan lejos de sus fronteras como fuera posible.

En fecha tan temprana como el propio año 1959 se creó la Dirección General de Deportes, y en el 61 nació el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (INDER).

El objetivo era fomentar la edificación de instalaciones deportivas y brindar la posibilidad a millones de cubanos de practicar cualquier modalidad.

Ese empeño se cumplió con creces, pues en 1977 se construyeron en el país las primeras Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE), las cuales tienen como premisa fundamental que el atleta debe ser buen estudiante.

La práctica del deporte es, hoy día, una de las actividades sociales por las que mayor interés muestran los cubanos, lo cual puede interpretarse como uno de los rasgos más auténticos de identidad nacional, y si alguien contribuyó para que eso sucediera fue, sin dudas, Fidel.  

(Tomado de la ACN)



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