Ecuador: Victoria del pueblo

Editado por Maria Calvo
2017-04-03 11:41:35

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por  Arnaldo Musa

No le dio resultado a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos la estrategia de forzar una segunda vuelta, manipulando la información y saturando los medios de comunicación con supuestos escándalos de corrupción como el caso Odebrecht, con lo cual transfirió por lo menos 30 millones de dólares para financiar operaciones encubiertas.

Tampoco la unión entre las facciones de derecha pudo frenar la votación popular favorable a Lenin Moreno, de Alianza País, más amplia que en la primera vuelta, cuya votación final fue birlada en pocas centésimas para impedirle el triunfo y dar al banquero Guillermo Lasso (CREO-SUMA) la oportunidad de que el neoliberalismo alcanzara el poder, tal como lo ha hecho en Argentina y Brasil y conmovido en Venezuela, mediante el control de la Asamblea Popular.

Mientras Lenin, ya victorioso, habla de tender la mano a la oposición de buena voluntad y establecer un diálogo pacífico, Lasso y sus seguidores ya han comenzado a crear problemas, fieles al anuncio de que no aceptarían un resultado adverso.

La mayor parte de la prensa respaldó la campaña agresiva y de odio opositora que fue enfrenada y derrotada por Lenin, quien encuentra un país muy diferente, gracias a los diez años de la Revolución Ciudadana encabezada por Rafael Correa y con una mayoría parlamentaria que coadyuvará a proseguirla y mejorarla.

Estos fueron los dos modelos donde el pueblo, a pesar de estar envuelto en una campaña de mentiras, logró emerger y reconocer  un candidato de una continuidad que pretende y puede mejorar:

En lo político, el programa de gobierno de Lenin Moreno tiene dos conceptos fundamentales: el protagonismo de la sociedad frente al del Estado y la necesidad del establecimiento de una democracia radical.

En el primer caso, se trata de lograr una mayor politización de la sociedad, única garantía de que cualquier cambio programático que realice la Revolución Ciudadana, no sea pasajero. La irreversibilidad del proceso solo depende de una sociedad consciente de sus derechos y de la importancia de sus luchas históricas. En este sentido, se pone mucho énfasis en el territorio, en “escuchar a la gente”. Por su parte, el segundo eje plantea la radicalización de la democracia, es decir, gobernar los mercados, poner la economía al servicio de la ciudadanía. Además de incentivar los mecanismos de participación ciudadana para que la población pueda inmiscuirse de mejor manera en el gobierno.
Para Lasso, lo político se reduce básicamente a una crítica: el tamaño excesivo del Estado y la necesidad de una racionalización administrativa del sector público. El 97% de los empleados público están concentrados en el sector de la educación y la salud, lo cual supondría la reducción del número de médicos y docentes.

Bajo la premisa de racionalización del sector público, plantea la eliminación de diferentes instituciones públicas, como la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.

Otro de los puntos es la derogación de la Ley de Comunicación en vigencia desde el año 2014, cuyo objetivo consiste en consolidar un sistema de comunicación más equilibrado en actores, pluralidad y oferta televisiva. Lenin Moreno se refiere a la necesidad de avanzar en la democratización del acceso a frecuencias y evitar el monopolio de la propiedad de los medios de comunicación.

CONTUBERNIO CON LA SIP

Por el contrario, Lasso es partidario de suspender el concurso de asignación de frecuencias, con lo cual se pliega a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que cataloga a la ley como la “peor ley mordaza de América” e insisten en la derogación de la ley como vía para garantizar la libertad de expresión.

El tema de la corrupción, otro de los ítems privilegiados por los sectores de oposición latinoamericanos frente a los gobiernos progresistas, ha calado profundamente en la campaña.  En el caso de Lasso afirma que iniciará una comisión de investigación y abrirá las cuentas al escrutinio público.

Llama la atención que pese a sus declaraciones en contra del vicepresidente Jorge Glas por el tema de Petroecuador, donde afirmó que “no solo han endeudado al país. Sino que además se han beneficiado personalmente de esos dineros”, Lasso se ha mantenido en silencio cuando el escándalo de Odebrecht salpicó al alcalde de Quito, Mauricio Rodas, con quien  mantiene una alianza desde octubre. Consultado sobre el tema, solo respondió que “el movimiento CREO tiene una alianza con el movimiento SUMA, no con el Municipio (de Quito), no con el alcalde”.

Lasso se pronuncia por la eliminación de impuestos, entre los que se encuentran el impuesto a la salida de divisas, a la tierra agrícola, el impuesto verde, a la transacción de vehículos, a los espectáculos públicos, el anticipo del impuesto a la renta, la reducción del IVA, la eliminación de sobretasas arancelarias y las restricciones a las importaciones. Un dato a tener en cuenta es que estos impuestos no abarcan al total de la población ecuatoriana, sino que están destinados a beneficiar a los sectores empresariales, banqueros y exportadores. Claramente, un beneficio personal en detrimento de las mayorías.

Frente al interrogante de cómo contará con recursos económicos para administrar el Estado, Lasso defiende que acudirá al sector privado, local e internacional, capaz de reemplazar la inversión del gobierno nacional.

En esta materia, Lenin Moreno es partidario de un clima de estabilidad tributaria aunque reconoce que será necesario revisar algunos impuestos de forma responsable. Para el candidato de la Revolución Ciudadana, no existe manera de sostener un sistema público garantista de los derechos sociales si no es con soberanía tributaria. Para Lenin, hay que seguir mejorando la actual matriz tributaria para que el sistema sea cada vez más progresivo y eficiente.

Otro de los temas donde se concentran las propuestas son las ofertas de empleo. Lasso, plantea perfeccionar las modalidades de contrato estacional y la contratación por tarea. Vale tener en cuenta que la eliminación de los contratos por horas es una de las grandes conquistas en materia laboral de la Revolución Ciudadana. Anteriormente bajo esa figura no existía estabilidad para el trabajador e incluso se llegaba a pagar menos que el salario básico, vulnerando los derechos de los trabajadores. Esta es otra de las medidas de la oposición que termina por favorecer al sector empresarial.

En el caso de Lenin Moreno, fue el único que menciona el reconocimiento del trabajo en la mujer en el hogar, y en lo social presentó su plan “Toda una vida” que cuenta con cinco ejes desde el nacimiento hasta la vejez, que pretende desaparecer la pobreza y la desigualdad, la atención a todos, mientras  Lasso solo habló de fondo de pensiones y confía únicamente en la iniciativa privada para mejorar la salud.

Mucho habrá que decir y escribir sobre el amplio programa gubernamental de Lenin, por quien el pueblo votó, echando a un lado a un banquero neolberal que trata de promover la violencia, y no acepta la justa y merecida derrota.

(CubaSí)



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