En Cuba ¡Las banderas de la Revolución están seguras!

Editado por Martha Ríos
2018-10-10 16:27:52

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Susely Morfa González, primera secretaria de la UJC, en acto en La Demajagua. Foto: Juvenal Balán

Lectura del mensaje a las futuras generaciones por Susely Morfa González, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), en el acto político-cultural por el Aniversario 150 del inicio de las luchas de independencia. La Demajagua, Granma, el 10 de octubre de 2018, “Año 60 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Se nos ha ido el último de los mambises. Con devoción y respeto cubierto por la bandera de la Patria, escoltado por las armas de la Revolución y acompañado por el pueblo, depositamos hoy en el suelo soberano de Cuba al soldado del Ejército Libertador Juan Fajardo Vega.

Aquí, en el Cacahual, junto a la memoria del Mayor General Antonio Maceo, del Capitán Francisco Gómez Toro y del luchador comunista Blas Roca Calderío, quedará el nombre de este representante de las raíces de nuestra independencia.

Sembramos un símbolo ante el cual —como nosotros hoy— se inclinarán agradecidas las futuras generaciones de cubanos.

A ellas nos dirigimos en este instante. Es nuestro deseo que este mensaje sea leído el 10 de octubre del año 2018, cuando se cumpla el aniversario 150 de las luchas por la Revolución Cubana.

Nunca fue fácil nuestro camino. Desde la madrugada de La Demajagua, incontables e innombrables hombres como éste que aquí yace sangraron y murieron en la manigua para darnos Patria y Libertad. Su empeño fue frustrado, pero no derrotado. Sobre la huella de los libertadores se alzaron nuevas oleadas de combatientes.

El pensamiento de Martí volvió a la carga en el Moncada. El ejército Mambí renació en las columnas del Ejército Rebelde que nos llevaron, al fin, bajo la guía de Fidel, junto a todos los que lucharon y el pueblo, a la Revolución victoriosa, y con ella a la larga, dura y realmente heroica batalla que nuestro país ha librado en estos últimos 31 años.

Los cubanos de 1990 vivimos tiempos difíciles. Queremos que ustedes, los que ahora son niños o adolescentes y los que aún no han nacido, conozcan nuestra firme determinación: no claudicaremos, no traicionaremos, no nos rendiremos jamás. Seremos y confiamos en que ustedes serán herederos y continuadores del espíritu inmortal de Baraguá.

Seremos fieles y consecuentes con nuestra historia. El imperialismo no podrá restablecer nunca su dominación y su sistema explotador sobre Cuba. Confiamos en nuestra moral y nuestra fuerza y ningún sacrificio nos parecerá demasiado grande para preservar la independencia, la obra de justicia social, emancipación y prosperidad, los principios, la dignidad y el honor de la Patria.

Creemos en ustedes, creemos en el mañana. Todo tiempo futuro tendrá que ser mejor. Cada nuevo tiempo traerá también sus propios desafíos. Recuérdennos como hemos sido: apasionados, imperfectos, pero leales sin vacilación a la causa que llena el sentido de nuestras vidas.

Con su inteligencia, su visión y su ejemplo, el compañero Fidel y nuestro Partido nos educaron en la necesidad vital de la unidad nacional y de que en nuestra sociedad prevalezca siempre la virtud y el mérito. Confiamos plenamente en que ustedes preservarán y tornarán imperecederas esas enseñanzas.

Como una semilla junto al cuerpo sin vida del último mambí, dejamos inscrita la certeza de que estas palabras serán leídas en una Cuba socialista y revolucionaria, en el seno de una sociedad que será capaz de perfeccionarse a sí misma tanto como hoy no podemos siquiera calcular, y que será sin duda la sociedad más libre, democrática y plena de este continente, y ejemplo inspirador y solidario para todos los pueblos.

De generación en generación pasaron y pasarán las banderas revolucionarias de nuestro pueblo. Estamos seguros de que los cubanos que aquí vengan en el 2018 lo harán con la frente en alto, mirarán con orgullo al pasado y como nosotros, sin sonrojos, repetirán sobre esta tierra las frases de Martí: “De pie, como en el borde de una tumba, renovemos el juramento de los héroes”.

¡Patria y Libertad!

¡Libertad o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Socialismo o Muerte!

¡Venceremos!

El Cacahual, 5 de agosto de 1990

“Año 32 de la Revolución”

Compatriotas:

En nombre de los niños, adolescentes y jóvenes cubanos, desde este sagrado lugar de la patria, decimos con total firmeza y compromiso revolucionario, que la actual nueva generación de cubanos de esta Cuba libre, amada y soberana, cumplimos la honrosa misión que nos legaran en ese tan profundo mensaje.

Hoy somos herederos y continuadores de nuestra historia: no fallamos ni fallaremos al espíritu de Baraguá ni a la memoria inmortal de Céspedes, de Martí y Fidel.

¡Las banderas de la Revolución están seguras!

¡Gloria eterna a los héroes de la patria! (Exclamaciones de: “¡Gloria!”)

¡Viva Fidel! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)

¡Viva Raúl! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)

¡Viva nuestra invicta Revolución Cubana! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)

(Tomado del periódico Granma)



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