Fernández de Cossío dejó clara la existencia de un país agresor y un país agredido en la difícil relación entre Cuba y Estados Unidos.
Por: Nuria Barbosa León
La defensa de alcanzar una relación seria y basada en el respeto a la soberanía, la autodeterminación y la no injerencia en asuntos internos, centró los debates de la edición 22 del evento “Cuba en la política exterior de Estados Unidos de América”, bajo el tema: “El camino hacia una relación diplomática: Diez años después”, que sesionó del 17 al 19 de diciembre en el Hotel Nacional de Cuba.
Convocado por el Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), con el coauspicio del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), el foro argumentó la tesis fundamental de la disposición del gobierno cubano de sentarse a dialogar con su par norteamericano sin condicionamientos y en términos de igualdad.
También aseveró que Cuba cumplió todos sus compromisos, buscando el progreso, mientras que Estados Unidos incumplió prácticamente todos los suyos. En segundo lugar que este breve periodo resultó beneficioso para ambas naciones y obtuvo el apoyo, así como la felicitación de la mayoría de la población y gobiernos vecinos.
Un tercer argumento defendido fue que la agresión por parte de Washington es lo que ha prevalecido en los últimos 8 años y no será la isla antillana quien tome la iniciativa para suspender los diálogos, la cooperación y los discretos intercambios que existen en algunos temas sensibles.
En cuarto lugar, está claro la existencia de un país agresor y un país agredido, por tanto hay una incongruencia y un desbalance en los vínculos bilaterales, que busca reclamar a Cuba concesiones en aras de un acercamiento desigual y colonizador.
Esas cuestiones las puso en el debate el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, en una conferencia magistral para abrir las sesiones que utilizó la exposición en paneles de expertos para los debates.
El primero de ellos, estuvo dedicado a la reflexión del corto periodo de acercamiento en las relaciones diplomáticas y lo que devino con posterioridad, con la participación de la viceministra Josefina Vidal, y de los profesores estadounidenses William Leogrande, Fulton Amstrong y Eric Hershberg.
Los siguientes temas versaron sobre las elecciones en Estados Unidos, las lecciones dejadas en las relaciones entre los dos gobiernos, los acuerdos y diálogos alcanzados, los acercamientos en el tema académico en la esfera de la salud y el cuidado del medio ambiente, para en una última jornada socializar las invetigación de estudiantes y jóvenes profesionales y reflexionar sobre la incidencia de los vínculos establecidos por Cuba con terceros países y bloques integracionistas. En ellos expusieron representantes de universidades, centros de investigación, de ministerios e investigadores de disímiles procedencias.
Las intervenciones tanto de los panelistas como del auditorio defenció la construcción de consensos con el país norteño como algo que prevalezca hacia el futuro con cualquiera de las presidencias en la Casa Blanca y que no continúe la intención de derrocar el proceso social imperante en la Mayor de las Antillas, con irrespeto a la soberanía de Cuba y el poco conocimiento hacia la historia de luchas de los cubanos.
Se reconoció que en el periodo de acercamiento entre el 2014 y el 2017 se firmaron 22 acuerdos y hubo la oportunidad de una cooperación bilateral y de aplicar medidas que contribuyan a una erosión progresiva del bloqueo, pero también se demostró limitaciones con cuestiones sin resolver porque el presidente estadounidense (Obama) no utilizó todas sus facultades para ampliar las prerrogativas presidenciales y llevar el proceso a fondo.
El evento argumentó que no basta la voluntad política con decisiones y directivas presidenciales de parte del presidente de Estados Unidos para levantar el bloqueo, hace falta completarlo con cambios en la legislación norteamericana y se hace necesario cambiar radicalmente las bases legales del bloqueo comenzando por la ley Helms -Burton y la exclusión de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Hoy la permanencia del bloqueo se quiere justificar con campañas mediáticas basadas en mentiras como la de los ataques sónicos a los diplomáticos estadounidenses en La Habana, la presencia de militares cubanos en Venezuela, la existencia de bases chinas en territorio cubano, así como la explotación y trata de personas con las brigadas médicas que prestan servicios en más de 40 países.
Toda esa retórica se repliza en los principales medios estadounidenses cuando se quiere tomar una nueva médida coercitiva contra Cuba que en el primer mandato de Trump fueron más de 243, mantenidas por Biden y se esperan muchas más en los próximos cuatro años en otro mandato de Trump.
Quedó demostrado que las diferentes administraciones norteamericanas quieren demonizar el proceso revolucionario cubano para justificar un negocios que deja grandes ganancias a los partidarios de la derecha, quienes piden más recursos financieros para subvertir el orden constitucional en Cuba y provocar el estallido social que pueda acabar con la Revolución.
El evento concluyó planteando más interrogantes y dejando abierta la reflexión para un próximo encuentro, marcando el interés hacia indagaciones más profundas y análisis coherentes con el tablero geopolítico, para que los decisores tengan bases teóricas para su accionar.
Textos colaterales:
Intervención del ViceministroCarlos Fernández de Cossío en la inauguración de la XXII serie de conversaciones de Cuba en la política exterior de Estados Unidos: «El camino hacia una relación diplomática: Diez años después»
https://www.youtube.com/watch?v=MMcMh-wqVng
https://www.youtube.com/watch?si=19QpzDv92gscSIV-&v=o6Xw3zuxQcc&feature=youtu.be
