Realiza Buena Vista Social Club exitosa presentación en Ecuador

Editado por Saily Pérez Gordillo
2018-05-24 10:20:07

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Buena Vista Social Club en Ecuador. Foto/ PL

Quito, 24 may (RHC) Quito aún saborea el concierto ofrecido por la legendaria orquesta cubana Buena Vista Social Club, que demostró en el escenario ''estar como nunca''.

La gala, que forma parte de su gira de despedida: Adiós Tour, tuvo lugar a sala llena en el Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. La agrupación, embajadora de la música tradicional de Cuba en todo el mundo, dejó su sello entre personas de todas las edades que aplaudieron, ovacionaron y acompañaron cada tema interpretado por más de dos horas.

El virtuosismo de músicos jóvenes como Gastón Joya (contrabajo) y Rolando Luna (piano), con solos que provocaron el asombro y reconocimiento de todos, se mezcló a la perfección con la experiencia de un inmenso Barbarito Torres (laúd) y la destreza de Angel Terry (tumbadoras).

Completaron la armonía el bongó de Andrés Coyao, junto al timbal de Filiberto Sánchez, la guitarra de Swami Junior y las trompetas de Harold Madrigal y Roberto García, cuyos sonidos se hicieron perfecto con el acompañamiento de las voces y el carisma de Idania Valdés y Carlos Calunga, que inundaron el lugar.

Vestido con su habitual ropa y sombrero negro, entró a escena, guitarra al hombro, el sonero Eliades Ochoa, recibido por un público que pedía a gritos temas de talla mundial como 'Píntate los Labios María' y 'Estoy como Nunca', por supuesto, infaltables en un concierto de Buena Vista Social Club.

En medio de una ovación, se adueñó de la noche con su voz clara, potente e invariable por décadas, la melódica Omara Portuondo, quien puso a los presentes a cantar con sus magistrales interpretaciones de '20 años', Bésame Mucho' y 'Quizás'.

Omara Portuondo y Rolando Luna. Foto/PL

No podía faltar el necesario homenaje a Compay Segundo, rendido con su conocido 'Chan chan', mientras que para el cierre guardaron 'El Cuarto de Tula', demandado incesantemente por el auditorio, desde el inicio del espectáculo.

En medio de aplausos mantenidos y peticiones de: otra (canción), los músicos se despidieron, para regresar por un último tema, ante la insistencia del público, que no se movió de sus asientos hasta verlos salir nuevamente.

Quito quedó rendido a los pies de un inmenso Buena Vista Social Club, que cerró, en la Mitad del Mundo, un recorrido por Sudamérica con ocho conciertos ofrecidos en Brasil, Argentina, Chile y finalmente Ecuador y cumplió la profecía de Eliades Ochoa al llegar: 'será un concierto gigante, especialísimo', y así fue.(Fuente: PL)



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