Raúl Trujillo

Matanzas, 11 nov (ACN).-"Me lo pidió el pueblo y también el Presidente, mi condición humana no me permite terminar ahora", reveló Raúl Trujillo Díaz, entrenador principal de lucha greco en Cuba, al ser interrogado recientemente sobre su futuro en el plano profesional y personal.

   El célebre preparador, reconocido con el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias de la Cultura Física por la Universidad de Matanzas, manifestó que hay cosas que te comprometen como ser, en un principio dije que me retiraba después de la quinta medalla de oro de Mijaín (López) pero definitivamente no lo haré.

   El estratega, oriundo del municipio de Pedro Betancourt, en la occidental provincia de Matanzas, aseveró, además, que la decisión de mantenerse ligado al entrenamiento deportivo y el equipo nacional de lucha cubano mucho tiene que ver con el contexto actual del deporte en la Isla y la necesidad de “dar un paso al frente con la estrella de Comandante” (en referencia al líder histórico de la Revolución, Fidel Castro).

   No obstante, el guía del astro Mijaín López reconoció que tantos años en el alto rendimiento conllevaron un sacrificio incalculable, sobre todo desde el punto de vista familiar en lo que respecta a la lejanía por motivos diversos, una cuestión que hoy en día todavía le afecta.

   Me sucede que puedo viajar todo el mundo pero mi alma y mi corazón siempre están con los míos, con la gente de mi tierra, ha sido esa una de mis características desde que inicié mi carrera, espetó visiblemente emocionado el también medallista de bronce en los VII Juegos Panamericanos, México 1975.

   Trujillo Díaz también se refirió al significado que encierra servir de pupilo a un atleta de la talla de López, al cual inició llamando El Niño y terminó por reservarle un puesto en el corazón, dice, por tantas cualidades como ser humano, deportista, padre y patriota.

   Al resumir su trayectoria como preparador, dijo sentirse satisfecho de haber triunfado como educador primero antes que todo porque, según sentenció, “las medallas pasan pero la grandeza como persona queda”.