Holguín, Cuba, 30 oct (RHC) El gran premio del Concurso Iberoamericano de Vinos se otorgó a a Raquel López Durañona, fundadora del Club de Vinicultores Bayado y reconocida hacedora de bebidas artesanales en esta nororiental provincia cubana.

Como parte de la XXIII Fiesta de la Cultura Iberoamericana, el Centro Ibérico de la también llamada Ciudad de los Parques devino escenario para galardonar la víspera a Eduardo Yurell con el premio de la popularidad por un vino tinto de cerezas registrado bajo el sello personal Llanero.

Una treintena de participantes lidiaron en cuatro categorías: blanco, rosado, tinto y típico tradicional. Los lauros de la primera y la última correspondieron a Luis Alberto Bermúdez y Carlos Alba, respectivamente.

Vinicultores de diversas regiones de la isla se dan cita cada año en Holguín por estos días para poner a disposición del público y especialistas una bebida totalmente artesanal, considerada por muchos como alimento y no alcohólica por su ínfimo contenido etílico.

Traído a Cuba por el almirante Cristóbal Colón en 1492, el vino se ha convertido en producto de la cultura tradicional, traspasado por generaciones en virtud de la herencia europea, esencialmente española.

Ante la carencia de la uva, los productores locales adaptaron las fórmulas de elaboración con frutas tropicales como el marañón, la piña, la frutabomba (papaya), la guayaba y el tamarindo, ese último típico de la central provincia de Villa Clara.

El Club de Vinicultores Bayado se fundó en 1994 gracias a la tradición familiar conservada por muchos años.

Cuenta en la actualidad con 26 miembros que han ideado tecnologías propias para la conservación de las frutas, la clarificación y el embotellado de la bebida, entre otros aspectos del proceso productivo.(Fuente/PL)