Bogotá, 7 oct (RHC-PL) La excongresista y defensora de derechos humanos Piedad Córdoba elogió la decisión del Gobierno y las FARC-EP de mantener medidas las cuales constituyen avances en el proceso pacificador como el cese el fuego bilateral por tiempo indefinido.

En declaraciones a la prensa la vocera de la plataforma Marcha Patriótica calificó tal determinación como muy positiva.

Este viernes en La Habana voceros gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), ratificaron la vigencia del silencio de los fusiles decretado desde finales de agosto, una de las disposiciones contenidas en el llamado Acuerdo Final con el que se comprometieron a concluir el largo conflicto entre ambas partes.

Tal procedimiento, según lo pactado previamente, será supervisado por un mecanismo tripartito compuesto por voceros del Ejecutivo, del movimiento guerrillero y una misión política coordinada y financiada por Naciones Unidas, que está integrada por observadores de países latinoamericanos y caribeños.

Asimismo convinieron proseguir la implementación de medidas de carácter humanitario como la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, los planes de desminado, la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito por otros plantíos y la salida de menores de los campamentos insurgentes.

Veo un afán, un interés por continuar, pero necesitamos celeridad en estos momentos, insistió la exsenadora y fundadora de Colombianos y Colombianas por la Paz.

Al referirse a la seguridad de los miembros de las FARC-EP, principal guerrilla involucrada en la guerra interna, Córdoba alertó sobre la persistencia del fenómeno del paramilitarismo.

El pasado 26 de septiembre en Cartagena de Indias, el presidente Juan Manuel Santos y el líder de esa agrupación rebelde, Timoléon Jiménez, suscribieron el Acuerdo Final para la terminación de la confrontación bélica.

Poco después venció el No en el plebiscito convocado para que la ciudadanía refrendara lo consensuado, resultado que abrió una interrogante sobre el futuro del proceso pacificador y la vigencia de los convenios ya existentes.

La apertura de nuevos escenarios de debate para escuchar, principalmente a los simpatizantes del voto negativo, fue una de las iniciativas puestas en práctica por el gobernante en esa difícil coyuntura.