Asegura gobierno de siria que más de 4000 personas depusieron sus armas

Editado por Nuria Barbosa León
2017-01-05 20:18:57

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Ministerio de Justicia de Siria aseguró que más de 4000 personas armadas y buscadas en ese país se entregaron a las autoridades competentes

Damasco, 5 ene (RHC) El Ministerio de Justicia de Siria aseguró que más de 4000 personas armadas y buscadas en ese país se entregaron a las autoridades competentes, como parte del proceso de reconciliación nacional.

Ese órgano precisó, además, que el estatus jurídico de esos ciudadanos fue normalizado después de comprometerse a no llevar a cabo ningún acto que afecte la seguridad y la estabilidad de la nación Árabe.

Hasta la fecha, más de 1000 localidades y pueblos en Siria se acogieron al programa de reconciliación nacional.

Por su parte, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, adelantó que participará en las conversaciones entre Damasco y la oposición promovidas por Rusia y Turquía en Astaná, de las que espera obtener valiosos resultados.

"Planeamos asistir y dar nuestro aporte, en aras de que sean exitosas y produzcan resultados aprovechables para la reanudación del diálogo de Ginebra", declaró a la prensa en la ciudad suiza, donde tiene su cuartel general.

Además de un alto al fuego vigente en Siria desde finales de 2016, Rusia y Turquía lograron llevar a la mesa de pláticas a representantes del gobierno y la oposición del país levantino, encuentro previsto este mes en la capital de Kazajastán.

De Mistura espera que la reunión de Astaná despeje el camino para el retorno, el 8 de febrero, de los actores del conflicto desatado en 2011 a las negociaciones de Ginebra, proceso promovido por Naciones Unidas, el cual fue interrumpido en mayo, en medio de una escalada de los combates.

Según el enviado especial, el nuevo secretario general de la ONU, António Guterres, está muy comprometido con impulsar el tema de la paz en Siria.

Igualmente el asesor del Enviado Especial de la ONU para Siria, Jan Egeland, calificó de indescriptible el drama humanitario derivado de casi seis años de conflicto en el país levantino.

Los reportes disponibles sobre la situación en la antigua ciudad de Alepo, en el noroccidente sirio, indican una devastación más allá de cualquier idea, que llevará un gran esfuerzo para reconstruirla, dijo a periodistas poco después de una reunión en Ginebra de la fuerza de tarea activada para asistir a las víctimas de la guerra.

Según Egeland, muchas personas quieren regresar a la urbe, recién liberada por las tropas gubernamentales y sus aliados, pero la presencia de bombas sin explotar y de construcciones inseguras convierten en peligroso el retorno.

Hay en marcha una operación humanitaria, que permitió el restablecimiento del acceso al agua para un millón de personas, pero la situación es muy compleja, porque en una ciudad de un millón y medio de habitantes, 400 mil están desplazados, advirtió.

Alepo fue de los primeros territorios ocupados por grupos terroristas y la llamada por Occidente "oposición moderada", un término que rechaza Damasco, cuyas tropas recuperaron el control a finales de 2016, tras una prolongada ofensiva y las gestiones de Rusia y Turquía para facilitar la evacuación de los grupos armados.

De acuerdo con Egeland, no menos dramático es el escenario en otras partes de Siria, donde Occidente intenta imponer un cambio de régimen desde 2011.

En la capital, Damasco, más de cinco millones de seres humanos carecen o tienen serios problemas con el servicio de agua, la cual depende en un 70 por ciento de la fuente de Wadi Barada, señaló.

Wadi Barada es una localidad dominada por el grupo terrorista Frente al Nusra y otras organizaciones armadas, contra las que el Gobierno lanzó una ofensiva, en medio de denuncias del envenenamiento de la fuente de agua por los extremistas.

El asesor principal del enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, aseguró que también es muy complicada la situación en Damasco Campo, Homs y Hama, localidades muy afectadas por los combates.

Las autoridades sirias reconocen la destrucción causada por el conflicto, pero critican la manipulación del tema humanitario, una de las puntas de lanza utilizadas contra el gobierno del presidente Bashar al Assad.

En ese sentido, el representante permanente de Siria ante la ONU, Bashar Jaafari, insiste en que el sufrimiento de la población llegará a su fin cuando desde el extranjero cese el apoyo a los terroristas encargados por casi seis años de sembrar destrucción y muerte.

 



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