Washington, 16 mar (RHC) El plan de presupuesto presentado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incluye 2600 millones de dólares para la planificación, diseño y construcción del controvertido muro en la frontera con México.
La propuesta también solicita 1500 millones de dólares en el presupuesto especial de este año para llevar a cabo la obra, una de las principales promesas de campaña de Trump.
No obstante, el gobierno norteamericano no ha podido determinar cuánto costará en total la barrera ni las millas que cubrirá, lo cual estará en dependencia del diseño seleccionado.
En el capítulo dedicado al Departamento de Seguridad Nacional, el proyecto destinado al año fiscal que comienza en octubre venidero también asigna recursos adicionales de 1500 millones de dólares para ampliar la capacidad de detención, transporte y remoción de inmigrantes ilegales en Estados Unidos.
Legisladores, científicos, defensores de derechos humanos, maestros, diplomáticos y artistas se encuentran entre las personas que rechazan hoy el proyecto presupuestario enviado por el presidente Donald Trump al Congreso estadounidense.
Este presupuesto es una bofetada en la cara del futuro, manifestó este jueves la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien manifestó que el plan equivale a una deconstrucción sistémica del gobierno federal y su papel.
Para el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, el plan que propone un gran incremento de los gastos militares y pide recortes en numerosos programas constituye una política económica moralmente obscena y mala, la cual perjudicará a la misma gente que Trump prometió ayudar durante la campaña.
El otro senador de ese estado, el demócrata Patrick Leahy, consideró que la propuesta de Trump es una lista precipitada de prioridades espantosamente desequilibradas, miope y que responde a intereses políticos.
A su vez, el congresista republicano Chris Collins, quien apoya desde hace mucho tiempo a Trump, dijo que el presidente mantiene las promesas hechas al pueblo estadounidense, pero añadió que tiene varias preocupaciones sobre los recortes significativos a los programas locales.
Christine Owens, directora ejecutiva del Proyecto Nacional de Leyes Laborales, estimó que las disminuciones en el financiamiento al Departamento de Trabajo son prácticamente una completa violación de la fe de los trabajadores norteamericanos.
La Unión de Científicos Preocupados estimó que los recortes a las instituciones científicas eran ideas anticuadas y equivocadas que dañarán la economía, destruirán empleos y harán al país menos seguro.
Por su parte, la Asociación Americana de Bibliotecas afirmó que eliminar los fondos para esos centros es contraproducente y miope, mientras Randi Weingarten, presidente de la Federación Americana de Maestros, sostuvo que con el esbozo se coloca un cuchillo sobre la educación pública.
Si Trump se niega a tomar en serio la protección de nuestra salud y clima, o nuestras tierras de propiedad pública, entonces el Congreso debe actuar, hacer su trabajo y rechazar este presupuesto fraudulento, expresó Michael Brune, director ejecutivo de la organización ambientalista Sierra Club.
Patricia Harrison, directora ejecutiva de la Corporación para la Radiodifusión Pública, dijo que la suspensión de los fondos a ese servicio conduciría al colapso del sistema de medios públicos y al final de un programa esencial en todo el país.
Al mismo tiempo, más de 100 líderes cristianos pidieron al Congreso que no respalde los recortes a la ayuda internacional.