Santiago de Chile, 16 nov (RHC) Una nota de violencia política contra el polémico senador independiente Fulvio Rossi sirvió para que autoridades y candidatos presidenciales cerraran filas previo a las elecciones del domingo.
Rossi, quien se desmarcó hace poco del Partido Socialista y enfrenta procesos ante la justicia, buscaba propaganda electoral en la zona de Cavancha, Iquique, cuando fue atacado y recibió un golpe en la cabeza y una puñalada en el abdomen, reporta Prensa Latina.
El caso disparó las alarmas dentro de una contienda marcada por el bostezo, entre ocho aspirantes a sustituir a la socialista Michelle Bachelet en el Palacio de La Moneda, quien ha repetido sus llamados a acudir a las urnas.
En el mejor de los escenarios, los analistas esperan la participación del 49% de los electores, es decir cerca de siete millones de ciudadanos de 14 con derecho al sufragio, que es voluntario.
Este jueves terminan oficialmente las campañas proselitistas. El dominio del ex mandatario conservador Sebastián Piñera tiene incluso en vilo a la centroizquierda, temerosa de que el magnate pueda barrer en primera vuelta.
Sin embargo, la apuestas apuntan al balotaje, con la perspectivas de que el rival de Piñera sea otro senador independiente, Alejandro Guillier, que cuenta con el respaldo de la mayor parte de la coalición gubernamental Nueva Mayoría.
Aunque los choques y descalificaciones se agudizaron en las últimas horas, nada parece estremecer a la sociedad chilena. Salvo los grupos seguidores de los candidatos, el ambiente electoral no ha prendido en el país austral.
Además del duelo Piñera vs Guillier, la carta del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, la senadora democristiana Carolina Goic y el representante del Partido Progresista, Marco Enriquez-Ominami, concentran el protagonismo.
El comando del magnate favorito para imponerse, incluso con la perspectiva de hacerlo en primera ronda, no cesa de acusar al Gobierno de intromisión en los comicios o de inclinarse por Guillier, la figura del bloque Nueva Mayoría.
Los hechos gratuitos son escasos en estos días previos a los sufragios. Bachelet encontró por ejemplo un aliado casi absoluto en Enríquez-Ominami, quien se convirtió en el candidato de la centroizquierda que más reconoce la labor de la mandataria.
En las filas de la derecha reaparecen las defensas airadas a legisladores acusados de corrupción y desaforados.
Mientras, en una suerte de burbuja que despierta incógnitas aparece Goic, afín a Bachelet pero con encontronazos con los más alineados a la izquierda. Fue la primera en cerrar su campaña, en un acto en el Estadio Nacional.
Cuenta con apenas del 3,0% de apoyo de los electores. 'Se ha trabajado para poner la ética en el centro de la gente', destacó en el acto.
'Hablar de la ética no es una estrategia publicitaria (...). Hemos planteado que no queremos un país donde el hacer trampa sólo es delito cuando se descubre', remarcó.
El resto de los aspirantes desarrollará este jueves sus respectivos mítines con sus simpatizantes.