Moscú, 7 oct (RHC) Rusia consideró necesario evitar acciones capaces de poner en peligro la soberanía de Siria, en medio de anuncios de Turquía de lanzar una operación militar para crear una franja de seguridad en ese país.

Al referirse a las declaraciones del primer mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, sobre la operación bélica, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, subrayó, además, que en ese caso se debería evitar cualquier paso que entorpezca una solución pacífica de ese conflicto.

Peskov, reconoció que Erdogan y Vladimir Putin en ningún momento abordaron el tema de la referida operación del Ejército turco en el norte sirio, donde se encuentran formaciones armadas kurdas que Ankara califica de terroristas.
           
En ese sentido, manifestó que Rusia admite la posibilidad de que Turquía se ocupe de su seguridad, sobre todo, el combate contra elementos terroristas, pero debe respetar en ello la integridad territorial de Siria.

Mientras la Casa Blanca dio a conocer anoche que Ankara pronto avanzará con una operación planificada durante mucho tiempo en el norte de Siria, en la cual las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no apoyarán ni participarán.

Habiendo derrotado al “califato” territorial del Estado Islámico, esas tropas ya no estarán en el área inmediata, apuntó la mansión ejecutiva, en tanto reportes difundidos este lunes señalaron que los soldados norteamericanos ya habían comenzado a salir de puestos de observación en Tel Abyad y Ein Eissa.

La medida es vista por muchas voces de este país como una luz verde que da la administración Trump a Ankara para atacar a fuerzas kurdas hasta ahora respaldadas por Washington, y a las cuales Turquía considera una insurgencia terrorista.

Nunca es aconsejable abandonar a un aliado que se haya sacrificado en tu nombre. Nunca es aconsejable repetir los errores de tu predecesor. Nunca es aconsejable confiar la seguridad nacional estadounidense a Turquía o cualquier otra nación, escribió en Twitter el senador republicano Lindsey Graham.

La decisión del presidente de abandonar a nuestros aliados kurdos ante un asalto de Turquía es una traición. Esto dice que Estados Unidos es un aliado poco confiable; facilita el resurgimiento del Estado Islámico (EI); y presagia otro desastre humanitario, expresó en esa plataforma su colega Mitt Romney.

A su vez, la congresista del partido rojo Elise Stefanik dijo que la medida hará que sea más difícil para Estados Unidos reclutar aliados y socios para derrotar a grupos terroristas como el EI.

Entre los críticos de la decisión estuvo la exembajadora ante la ONU Nikki Haley, una figura cercana a Trump que calificó a los kurdos de 'instrumentales' contra el EI y dijo que 'dejarlos morir es un gran error'.

Pero Trump defendió su movida en medio de esas reacciones, y en lo que parece un intento por aplacar los cuestionamientos, amenazó con destruir la economía de Turquía si ese país 'hace algo que yo, en mi gran e inigualable sabiduría, considero que sobrepasa los límites'.

Trump agregó que Turquía y otros deben vigilar a los combatientes del EI capturados, y añadió que es hora de que otros en la región, 'algunos de gran riqueza, protejan su propio territorio'.

Mientras la Unión Europea (UE) advirtió a Turquía que una ofensiva militar en el noreste de Siria exacerbará el sufrimiento de ese pueblo y perjudicará los esfuerzos para buscar una salida política a la crisis.

La UE reconoció las preocupaciones de seguridad de Ankara, pero dejó claro que cualquier solución sostenible al conflicto en el país árabe no se alcanzará por medios militares sino que requiere una transición política genuina.

Asimismo instó a Turquía a garantizar el cese de hostilidades y la protección de los civiles en la nación siria.

El Gobierno turco recalcó este lunes que “está decidido a limpiar el noreste de Siria de terroristas”, en referencia a fuerzas kurdas, apoyadas por Estados Unidos, mientras este país anunció la retirada de sus tropas ante la posible ofensiva.

Según el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Ankara decidió iniciar un operativo unilateral debido a la falta de acuerdo con Washington sobre la creación de una llamada zona de seguridad en el norte de Siria, rechazada por Damasco por considerarla ilegal.

El Gobierno sirio califica el convenio turco-estadounidense de ataque flagrante a la soberanía y la integridad territorial de su país y una grave violación de los principios del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.