Montevideo, 1 mar (RHC) El presidente de Uruguay, Luis Lacalle, inició su mandato con promesas de cambios que incluyen reformas fiscales, reducción de gastos públicos y revisión de la seguridad social.
                         
Pronunció Lacalle un discurso inaugural en el Parlamento después de investido en el cargo mediante una jura constitucional de compromiso de honor, tomada bajo la rectoría del senador más votado, José Mujica.
     
El primer mandatario uruguayo prometió que la etapa gubernamental que comienza no será de tierra arrasada y se continuará lo que se hizo bien, en alusión al Frente Amplio, pero a renglón seguido se concentró en criticar la pasada gestión económica.
               
En política exterior se ciñó Lacalle a favorecer el fortalecimiento del MERCOSUR al tiempo que flexibilizará sus normas para viabilizar relaciones y acuerdos comerciales bilaterales.

El canciller saliente Rodolfo Nin Novoa avizora cuestionables giros en la política exterior y la diplomacia del país. n su criterio lo más notorio será la postura sobre Venezuela, ya que no se buscará más el entendimiento y el diálogo, y se optará por una política más confrontativa que “no sé qué resultados va a tener, porque el grupode Lima no ha tenido ningún resultado positivo”, advirtió el actual titular de Relaciones Exteriores.

Opinó que ello se debe a que el único objetivo de gobiernos que lo componen es derrocar a un presidente y dejan de lado que en Venezuela hubo 20 elecciones y el oficialismo ganó 19 en estos últimos años.

Puntualizó que los que como él mismo vivieron una dictadura en Uruguay “le aseguró que el señor Guaidó no andaba por el país incitando al desorden, estaría preso”.

Sobre el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, consideró que incumplió el papel que le corresponde, se volvió “monotemático y casi obsesivo” con Venezuela y nunca observó la situación de otros países” como Haití, Honduras o El Salvador” donde pasaron cosas muy graves.

La presencia en Montevideo de Almagro para los actos de investidura del presidente electo, del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, desató una aluvión de declaraciones de rechazo de distintos sectores de la sociedad uruguaya debido a su complicidad con agresiones contra Venezuela, golpistas en Bolivia y en mantener el bloqueo contra Cuba.

Respecto a la no invitación de la mayor de las Antillas, Nin Novoa respondió en entrevista al diario La República que llama realmente la atención, porque Cuba tiene importancia económica para el país, sobre todo con algunos sectores de la producción nacional, es un fuerte importador de alimentos, básicamente de arroz, y en una situación como la que están viviendo los arroceros, tener activo ese mercado siempre ayudaría.

“Después hay una cuestión de solidaridad, por todas las cosas que hicieron los cubanos aquí en materia de salud, la Operación Milagro, las 90 mil operaciones que devolvieron la vista a muchos compatriotas”, enfatizó.

El saliente canciller lo calificó de una descortesía innecesaria que va a tener consecuencias, “tanto que se habló de que no había que ideologizar las relaciones internacionales”.

También la exclusión de Cuba de los actos protocolares motivó pronunciamientos de rechazos aquí en medios uruguayos que repercutieron en redes sociales.

Al evaluar la diplomacia frenteamplista de los 15 años transcurridos afirmó que Uruguay ganó un prestigio internacional, que “hay que reconocer que viene de mucho tiempo atrás”, y enumera la integración en 2016 y 1017 en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y dos veces en el Consejo de Derechos Humanos.

Tras destacar la ejecutoria diplomática uruguaya en el Mercosur, resaltó la convocatoria que tiene el presidente Tabaré Vázquez en Naciones Unidas por ejemplo, los temas planteado por él en concurrencia de más de 100 países, sobre todo los temas vinculados a la salud.