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Londres, 20 ene (RHC) Investigadores internacionales evaluaron durante el último año y medio modelos predictivos para identificar especies de murciélagos que probablemente porten infecciones similares al SARS-CoV-2, divulgó este jueves la revista médica birtánica Lancet Microbe.
En el documento, los autores demostraron por primera vez que el aprendizaje automático puede optimizar el muestreo de vida silvestre para virus no descubiertos, al utilizar anfitriones de betacoronavirus, un gran grupo de virus que incluye a los responsables de la actual pandemia.
En el primer trimestre de 2020, entrenaron ocho modelos estadísticos diferentes que predijeron qué tipo de animales podrían albergar el germen.
Durante más de un año, rastrearon el descubrimiento de 40 nuevos murciélagos anfitriones de betacoronavirus y comprobaron que los modelos con datos sobre la ecología y la evolución de esos mamíferos capaces de volar funcionan extremadamente bien para predecir nuevos huéspedes.
Por el contrario, añadieron, las pautas de vanguardia de la ciencia de redes que utilizaron matemáticas de alto nivel, pero menos datos biológicos, se desempeñaron aproximadamente tan bien o peor de lo esperado al azar.
Los modelos revisados predijeron más de 400 especies de murciélagos en todo el mundo posibles anfitriones no detectados de betacoronavirus, incluidos no solo en el sudeste asiático sino también en el África subsahariana y el hemisferio occidental, destacaron.
Aunque 21 especies de murciélagos de herradura son anfitriones de virus similares al SARS, los participantes en el estudio confirmaron que al menos dos cuartas partes de los posibles reservorios de betacoronavirus en este género de murciélagos aún podrían no ser detectados.
“Después de identificar estos probables anfitriones, el siguiente paso es invertir en el monitoreo para comprender dónde y cuándo es probable que se propaguen los betacoronavirus”, remarcó Daniel Becker, profesor asistente de biología en la estadounidense universidad de Oklahoma.
El analista explicó que aunque los orígenes del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, siguen siendo inciertos, la propagación de otros virus de los murciélagos se ha desencadenado por formas de alteración del hábitat, como la agricultura o la urbanización.
Por lo tanto, la conservación de esos animales es una parte importante de la salud pública, y nuestro estudio muestra que aprender más sobre su ecología d puede ayudarnos a predecir mejor los futuros eventos indirectos”, precisó Becker. (Fuente: Prensa Latina).