SUS ORÍGENES

En los albores mismos de enero de 1959, las agencias informativas norteamericanas emprendieron su campaña de calumnias contra el proceso revolucionario iniciado en Cuba.

En aquellos días, cuando eran enjuiciados los verdugos y criminales de guerra de la derrocada tiranía, las trasnacionales noticiosas desvirtuaban la realidad de los hechos y, con descripciones aparentemente objetivas, informaban de las ejecuciones de "adversarios políticos y de partidos de Batista ".

Estimulada por la avalancha de desinformaciones sobre Cuba que proporcionaban AP, UPI y otras agencias imperialistas, la prensa conservadora del continente agitaba la supuesta violación de las libertades individuales y de las normas de convivencia humana en nuestro país.

Cada día, más organizadas se sucedían esas campañas una tras otra. Intensamente se desarrolló una en América Latina y Estados Unidos para indisponer contra la Revolución a los hombres y mujeres con sentimientos religiosos. Con tal fin divulgaron la calumniosa versión de persecuciones y asesinatos de sacerdotes y la clausura de templos e iglesias. Después continuaron con la de la "patria potestad" y otras muchas campañas tendenciosas.

Los especialistas de la propaganda, pagados por los enemigos de la Revolución, no cesaron en la innoble tarea de fabricar nuevas calumnias para lo cual disponían de sus agencias informativas y otros poderosos medios de difusión.

Para contrarrestar aquella oleada de mentiras, convocó Cuba a la "Operación Verdad". Casi 400 periodistas de todo el mundo viajaron a La Habana y, los que quisieron y pudieron, reflejaron verazmente lo que vieron en la isla, realidad que no se correspondía con lo que difundía la prensa escrita, la radio y la televisión del continente. Sin embargo, aquello subdesarrollado, surgía poco después un vehículo capaz de llevar a todo el mundo la verdad de la Revolución: Radio Habana Cuba (RHC).

La primera y única emisora cubana, de ondas cortas para la radiodifusión internacional, nacía como una necesidad vitalísima de la Revolución Cubana: la de contar con un medio radial de ese alcance que fuera capaz de quebrar el bloqueo informativo establecido en torno a nuestro país por los órganos propagandísticos de Estados Unidos y de sus regímenes adictos, y de enfrentarse a la bien orquestada campaña de calumnias elaboradas por el imperialismo norteamericano.

Al iniciarse el año 1961, el gobierno de Estados Unidos, había logrado ya, en forma y proporción considerables, el aislamiento de Cuba del resto del mundo, especialmente de América Latina, con cuyos pueblos estamos unidos por lazos históricos, lingüísticos y culturales, al igual que por realidades económicas y sociales comunes.

Todos los recursos propagandísticos del imperio se dirigían fundamentalmente a callar el ejemplo que nuestra Revolución significa para los pueblos. Lo secundaba en esos trajines todo el andamiaje de intereses oligárquicos de Latinoamérica.

¿Qué otra cosa ocultaba también el imperialismo por aquellos meses de 1960 y 1961 con el bloqueo informativo y cultural contra Cuba.?

El silencio era un magnifico auxiliar para emprender la agresión y el crimen, para destruir, mediante la acción militar, el ejemplo revolucionario que emanaba de Cuba. Resultaba indispensable la complicidad del silencio.

Mientras el pueblo cubano se preparaba para defender la soberanía e integridad de su territorio, se escuchaban ya en las semanas iniciales de 1961, a manera de ensayo, pequeños programas confeccionados en la primera radioemisora internacional de Cuba. La identificación provisional, "Onda Corta experimental ", surcaba el espacio y ganaba oyentes en el exterior.