La Habana, 19 ago (ACN) El 29 por ciento del territorio cubano presentó déficits en los acumulados de lluvias durante los últimos seis meses, informó el Boletín de la Vigilancia del Clima, del Instituto de Meteorología.
Un tres por ciento de ellos recibió el calificativo de severos y extremos, un ocho de moderados y un 18 por ciento de débiles, de acuerdo con especialistas de la publicación en su más reciente edición.
Añadieron que las situaciones más desfavorables ocurrieron en las provincias de Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.
En general, 30 municipios del país tuvieron en el mismo período más del 25 por ciento de sus áreas impactadas por la escasez de lluvias y 16 por encima de un 50 por ciento.
La mayor crisis la padecieron los de Jatibonico y Taguasco (Sancti Spíritus), Lajas (Cienfuegos), así como Majagua y Florencia (Ciego Ávila) con un índice superior al 75 por ciento.
Sin embargo, en el último año, apenas un ocho por ciento del país experimentó falta de lluvia acumulada, de severa a extrema y moderada uno por ciento, respectivamente, y el seis débil.
A la sazón, solamente el municipio de Baracoa, en la provincia de Guantánamo, presentó un 50 por ciento de sus zonas en sequía.
La marcha de áreas afectadas en Cuba con déficits en la recolección en agosto de 2015 a julio de 2016, muestra un incremento en las tres categorías en julio con respecto a junio, y son los mayores en la actual temporada ciclónica, de junio a noviembre.
Agosto es el segundo mes del período intraestival y uno de los que menos precipitación aporta a la etapa lluviosa en Cuba.
Durante este mes se mantiene la notable influencia del Anticiclón del Atlántico sobre el territorio nacional, lo que condiciona que las precipitaciones sean relativamente escasas.
No obstante, sobrevienen chubascos y tormentas eléctricas, principalmente durante la tarde y primeras horas de la noche, asociadas al paso de sistemas de la zona tropical, entre ellas, las ondas y las bajas tropicales, además del calentamiento diurno.
Es también un mes en que comienza a incrementarse la actividad ciclónica sobre Cuba, aunque la frecuencia de sus huracanes es la mitad que la de septiembre.
