Por Hugo García
Sobre las diez de la mañana de este 7 de septiembre aparecieron en la playa El Judío, de la bahía cubana de Matanzas (occidente), dos enormes animales color negruzco. Uno se precipitó en la orilla, varado en la arena, mientras su pareja nadaba muy cerca.
El pescador Alberto Rivero, de la zona, tomó la iniciativa de cargar el ejemplar y llevarlo hasta un área un poco más profunda en la playa. Quiso dejarlos, pero los delfines volvían hacia la orilla.
Entonces, los estuvo sosteniendo por un tiempo casi interminable para él, hasta que llegaron los buzos de la brigada de Rescate y Salvamento del Cuerpo de Bomberos de Matanzas.
La pareja de delfines se dejó acariciar. Los animales, dóciles, desamparados, mostraban algunos pequeños golpes en su piel, sobre todo la hembra.
En la tarde llegaron los especialistas del delfinario de Varadero: el médico veterinario Boris García y el entrenador Carlos Antón, quienes se introdujeron en el agua con medicamentos.
En una enorme camilla primero se cargó a la hembra, que fue depositada en un vehículo de la cadena extrahotelera Palmares. Se le hidrató la piel con hielo y agua, y posteriormente se procedió de igual forma con su compañero.
Mientras agonizaban, estresados y debilitados, hubo de todo, desde personas que nadaban para tratar de tocarlos, algo que los buzos impidieron, hasta quienes se recreaban en tablas de velas muy cerca de ellos.
Y no faltaron los que halaron sus aletas al sacarlos del agua, o se aglomeraron para fotografiarlos o tocarlos dentro del vehículo.
Javier Guerra García, jefe de Recreación de Palmares, aseguró que se trata de una especie de delfín que no es del área geográfica.
"No es frecuente que recalen en la costa los delfines, aunque sí es habitual avistarlos en aguas profundas", explicó quien, además, dio a conocer que ambos animales fueron liberados en aguas profundas, entre Cayo Piedras y Cayo Mono chico, al norte de Varadero.
Ambos ejemplares fueron trasladados hacia el reconocido balneario, donde serían montados en una embarcación para liberarlos en la cercanía de los cayos al norte de la Península de Hicacos.
(Tomado del periódico Juventud Rebelde)