Por Arnaldo Coro Antich
La Habana, 15 oc (RHC) El huracán Michael hizo su llegada "sin precedentes" en la costa norte del Golfo de Florida el miércoles 10 de octubre en horas de la tarde.
Justo cuando llegó a tierra, los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) publicaron datos que muestran que la tormenta, llegó a ser el tercer huracán más fuerte en la historia continental de los Estados Unidos. Superó el huracán Katrina, que devastó la costa del Golfo en 2005.
Cuando los meteorólogos hablan del poder de los huracanes, hablan de la presión barométrica, no de la velocidad del viento.
Un huracán es un sistema intenso de baja presión y, como informó la revista National Geographic en 2015, la magnitud de la caída de la presión atmosférica en la tormenta es el mejor indicador meteorológico de la intensidad general de ese extraordinario evento.
Según el el Centro Nacional de Huracanes, Katrina tocó tierra en 2005 con una lectura de presión de 920 milibares o hectoPascal (aproximadamente un 8 por ciento más bajo que el promedio de presión de aire de 1.000 mb a nivel del mar).
La grabación final registrada por un avión cazahuracanes desde el interior de Michael antes de tocar tierra fue un tic menor: 919 mb.
Solo dos huracanes en la historia han tocado tierra en los EE. UU. continentales con presiones más bajas: Camille, que al entrar en la costa de Mississippi en 900 mb en 1969, y la tormenta del Día del Trabajo que golpeó el sur de Florida con una intensidad máxima de 892 mb en 1935.
La presión ligeramente más baja del huracán Michael que Katrina no significa necesariamente que fuera tan peligrosa o más que la tormenta que inundó Nueva Orleans.
Katrina mató a más de 1,000 personas debido a fallas en la infraestructura y la mala gestión de los recursos de emergencia, no debido a su ubicación en las listas mayor intensidad, según varios medios de comunicación.
Pero no cabe la menor duda que los huracanes más poderosos pueden ser capaces de desencadenar ese tipo de fallas en las respuestas a las emergencias.
Por ejemplo,el huracán María mató a casi 3,000 personas en Puerto Rico en 2017 debido a fallas en la infraestructura después de que impactó la isla en el momento que tenía una presión central de 914 mb.
Y hay razones para preocuparse de que Michael fuera particularmente peligroso. La tormenta azotó un área de Florida que no estaba acostumbrada a los huracanes poderosos, donde muchas personas viven en casas móviles. Además, la tormenta se fortaleció inesperadamente durante la noche antes de tocar tierra,debido a las elevadas temperaturas de la superficie del mar por donde transitaba y les dejo muy poco tiempo para que las personas entendieran la noticias de la gran intensidad del fenómeno atmosférico y procedieran a la evacuación .
Las tormentas de presión ultra baja han parecido bastante comunes en el siglo XXI. Rita y Wilma produjeron lecturas barométricas mientras aún estaban sobre el océano en 2005, que se encuentran entre los cinco primeros más bajos jamás registrados. Y en 2015, el huracán Patricia golpeó a México luego de establecer el récord mundial: 879 mb. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó su quinto informe histórico el lunes (8 de octubre). Encontró que, según la mejor ciencia disponible, "se proyecta que el número total de ciclones tropicales disminuirá con el calentamiento global, mientras que los ciclones más intensos (categoría 4 y 5) se proyectarán con mayor frecuencia".
En otras palabras, esta podría ser la nueva normalidad.