Investigadores de la Universidad de Minnesota y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades identificaron al virus parecido a la polio que ha dejado paralizados a cientos de niños en Estados Unidos.
A finales de 2018 una extraña enfermedad, parecida a la poliomielitis, pero de la que los médicos desconocían su origen, se extendió en el área pediátrica de varios hospitales norteamericanos. Impotentes, los padres recibían el diagnóstico: mielitis flácida aguda (AFM).
Los científicos han dado un importante paso para combatir la inexplicable enfermedad, se trata del enterovirus D68 (EV-D68) que, al introducirse en el líquido cefalorraquídeo, produce la parálisis de una o varias extremidades, especialmente en niños pequeños.
La AFM afectó al menos a 28 personas en el Reino Unido y a 228 en EEUU el año pasado. De esas 228, 90 fueron niños de entre 2 y 8 años de edad, y otros 162 se encontraban en observación.
La AFM desconcertó a médicos y científicos que desconocían las causas de la afección y que sólo la detectaron una vez que los síntomas aparecían.
Generalmente, luego de un cuadro aparente de gripe con cansancio extremo, alguna o varias de las extremidades del paciente se paraliza.
Además de afectar su sistema respiratorio, el virus puede causar dificultades para hablar, mover los ojos y tragar. Al ingresar al líquido cefalorraquídeo, el EV-D68 provoca inflamación alrededor de la médula espinal, lo que a su vez presiona los nervios y los daña, condición que interrumpe las señales eléctricas que controlan los movimientos musculares. En algunos casos puede ser potencialmente mortal.
Al no saber el origen de la enfermedad, el diagnóstico ocurre cuando los nervios ya han sido dañados de manera irreversible. Pero este nuevo descubrimiento médico abre una puerta para encontrar un tratamiento efectivo contra la AFM.
El enterovirus D68 no es un virus nuevo, sino que ha estado en el ambiente por años, desde 1962 cuando se identificó por primera vez en EEUU. Se cree que se propaga al igual que los gérmenes del resfriado y la gripe, a través de la tos y los estornudos de quienes ya han sido contagiados. En muchos casos no genera más síntomas que los de un resfriado, pero en otros puede desencadenar la temida mielitis flácida aguda.
Los científicos encontraron muestras de EV-D68 en el líquido cefalorraquídeo de uno de cada seis niños diagnosticados con AFM, lo que sugiere que este virus es una causa potencial de la parálisis que caracteriza a la enfermedad.
Esta identificación abre nuevas puertas para que los médicos encuentren nuevos tratamientos contra la enfermedad e, incluso, encuentren medidas preventivas. (El Diario)