Por: Lorenzo Oquendo
La Habana, 3 sep (RHC) En estos días de continuos incendios forestales en la Amazonía con más de un millón de hectáreas de superficie carbonizada es preciso señalar el enorme daño que provocan esos fuegos y humos al ambiente natural.
El impacto contra el sistema ecológico es considerable al afectarse la biodiversidad, aumento de la desertificación, disminución en calidad de las aguas y directamente a la atmósfera mediante emanaciones de gases de dióxido de carbono.
La región amazónica brasileña sufre los peores incendios forestales de los últimos años que el gobierno brasileño atribuye a extensas sequías con directa culpabilidad a las organizaciones no gubernamentales, donde la realidad es que las carreteras, minería, tierras para pastizales e hidroeléctricas están en los objetivos negociadores esenciales de la máxima dirección estatal del país.
La selva amazónica es el hogar, por así decirlo, de una de cada 10 especies de la tierra y está en llamas con extensiones a Bolivia, Panamá y Perú de una masa ardiente que supera el 80 por ciento comparado con similar etapa del año anterior donde miles de mamíferos, reptiles, anfibios y especies de aves están en desaparición como directo ecosidio.
Si nos referimos a las columnas de humo procedentes de incendios forestales de la Amazonía estas se extienden por cientos y miles de kilómetros con partículas carbonizantes devastadoras para la calidad del aire de localidades y ciudades.
De acuerdo con los científicos, el humo de estos fuegos contienen dióxido de carbono que provocan a los humanos enfermedades crónicas como asma y las cardiovasculares al respirar ese gas incoloro, inodoro y por supuesto tóxico, incluso estos humos afectan las cargas atmosféricas y motivan otros incendios de acuerdo con experiencias acumuladas.
No es posible realmente admitir ese estado de indolencia y ataque amazónico sin juzgar las culpabilidades que son eminentemente intencionales para comprobar nuevamente que la Humanidad revierte contra su propia existencia el peligro de desaparecer por criminalizar la Naturaleza.