Por Lorenzo Oquendo
La Habana, 24 ene (RHC) La protección de recursos ambientales y patrimoniales está entre las principales funciones del Acuario Nacional de Cuba, instalación emblemática que arribó a 60 años de fundada.
Varias generaciones de cubanos han recorrido los escenarios recreativos del centro que por estos días completó más de 52 millones de visitantes desde su creación, el 23 de enero de 1960.
El Acuario Nacional obtuvo junto con sus trabajadores numerosos reconocimientos nacionales e internacionales que avalan actividades ambientales y científicas del entorno que ocupa en La Habana, de permanente acceso público.
La institución destaca, igualmente, por su contribución al conocimiento de la diversidad biológica, y al desarrollo cultural de la población, así como por los trabajos de ecología con especies marinas.
En el encuentro conmemorativo, María de los Ángeles Serrano, directora del Acuario Nacional de Cuba citó palabras del líder de la Revolución cubana Fidel Castro (1926-2016) al inaugurar nuevas instalaciones en ese sitio, el 14 de enero del 2002.
Entonces abogó porque el centro no solo funcionara para la recreación sino que fuera un pilar por sus conocimientos científicos.
Varios trabajadores recibieron el reconocimiento por su encomiable labor durante varias décadas.
Foto: Lorenzo Oquendo
Históricamente el Acuario Nacional de Cuba comenzó como centro experimental de biología marina con peceras y estanques, hasta que en 1973 se incorporó el primer mamífero marino con seguidas presentaciones de delfines.
En el 2002 concluyó la primera etapa mediante obras que inauguró Fidel, como el delfinario, ubicación de lobos marinos, espacio para demostración subacuática, y áreas destinadas al desarrollo tecnológico, apreciables actualmente en esa instalación pública cubana.