Santiago de Chile, 16 feb (RHC) El biólogo y director del Instituto Antártico Chileno, Marcelo Leppe Cartes, alertó que la tendencia al alza de las temperaturas en sectores de la Antártica es innegable y las consecuencias en el ecosistema comienzan a ser visibles.
En medios científicos creció la preocupación tras conocerse en las últimas semanas temperaturas inusualmente altas en la Antártica, como efecto del calentamiento global.
Un ejemplo es la bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, territorio chileno a solo dos horas de vuelo de la ciudad de Punta Arenas, que se ubica dentro del cinturón de frío que establece la corriente circumpolar antártica.
Según señala Radio Universidad de Chile, en la isla Rey Jorge, al norte de la Antártica, no ha nevado desde enero y los primeros días de febrero fueron "veraniegos" para el estándar polar, con temperaturas de hasta seis grados centígrados.
Recuerda que el 6 de febrero la base argentina Esperanza registró 18,3 grados, y tres días más tarde científicos brasileños en la isla Seymour registraron 20,75 grados.
Al respecto, Marcelo Leppe, llamó a ser cautos y esperar la validación de estos registros por la Organización Meteorológica Mundial.
Sin embargo, señaló que cuando estuvo en febrero en el sector del archipiélago Shetland del Sur, donde hay bases chilenas, "varios glaciares mostraban un aspecto gris, terroso por los sedimentos que comienzan a aflorar ante la disminución de la masa de hielo".
El científico explicó que el retroceso de los glaciares deja terreno disponible para la llegada de plantas, musgos y líquenes, e incluso se están dando las condiciones para que especies que antes no podían sobrevivir en el clima antártico, ahora sí puedan hacerlo y competir con las especies nativas.
Los especialistas también advierten que ese aumento de las temperaturas puede acelerar el derretimiento de los glaciares, lo que conducirá al aumento del nivel del mar con consecuencias muy graves para las naciones insulares. (Fuente:PL)