La Covid-19 en Cuba ha puesto a prueba la capacidad tanto del gobierno como del sistema de salud para la búsqueda de soluciones efectivas que permitan el control de la enfermedad. Una de las medidas que se ha tomado es la creación de centros de aislamiento donde especialistas velan por la vida de cientos de cubanos.
El ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, ha declarado que en cada uno de los territorios se han creado las condiciones para el funcionamiento de estos centros, se han adecuado instalaciones que antes cumplían otros fines y se ha preparado al personal seleccionado para ello.
Esta determinación contribuye a detectar con mayor eficacia si alguien presenta síntomas respiratorios. Allí se encuentran las personas que según el sistema de salud tienen un riesgo epidemiológico alto; tal es el caso de quienes han estado en contacto cercano con casos positivos, o han llegado a la nación procedentes de otros países.
Puesta del Sol, un hotel perteneciente a la Central de Trabajadores de Cuba ubicado en el municipio La Lisa en La Habana, se ha convertido ahora en un centro de aislamiento y en él se encuentran 175 personas bajo extrema vigilancia epidemiológica.
El personal de salud
Mayelín Rangel, jefa de enfermeras, perfilada en cuidados intensivos, explicó que, en el lugar, ellos mismos están totalmente aislados, lejos de su familia por el tiempo que sea necesario su aporte, y que una vez finalizada su labor ahí pasarán a otra institución con la misma función, pero como pacientes.
Durante el día a día se trabaja por turnos de 12 horas: un grupo de tres vigilantes y un médico atienden a los internados de siete de la mañana a siete de la noche, luego los releva otro equipo.
Está definido un protocolo de bioseguridad que resulta fundamental: el médico sale de su habitación y se coloca la indumentaria (bata, nasobuco, guantes, gorro), luego pasa al área roja, donde hay un mayor riesgo, ahí se coloca su sobrebata, destacó Antonio Ramos, jefe de médicos y especialista en Medicina General Integral.
Una vez con los pacientes, los especialistas tienen la tarea de cada cuatro horas chequear los signos vitales: frecuencia respiratoria, cardiaca, la temperatura y las cifras de TA, refirió Yaslenia Garcés Alcolea, doctora proveniente del Policlínico Cristóbal Labra, en La Lisa.
Además de sus labores ya habituales para controlar si aparecieran síntomas de la COVID-19, los médicos y enfermeras brindan apoyo emocional, consejos e intentan por todos los medios que quienes “han reducido su vida a un cuarto” enfrenten la situación con optimismo, según expresó el jefe de los facultativos en el lugar.
Antes de que quienes terminan la guardia regresen a sus habitaciones para descansar en aislamiento, se despojan de toda esa ropa que es sometida entonces a un proceso de higienización necesario para evitar la propagación del virus, que como ya es conocido se adhiere a disímiles superficies.
Los aislados
La mayoría de las personas entrevistadas en “Puesta del Sol” coinciden en que llegaron a sus casas en cierto momento el médico y enfermera de la familia para notificarles que debían acudir a un centro de aislamiento, para proteger su salud y la de quienes los rodeaban.
Daisy Sánchez, actriz del grupo Teatro de Dos se encuentra en ese inmueble, junto a su hija debido a que en el vuelo en el que regresaron al país luego de un viaje de trabajo, una aeromoza resultó positiva a la enfermedad.
Afirmó sentirse segura, con las mejores condiciones, y extremadamente cuidada. Asimismo resaltó que desde un primer momento estuvo muy sorprendida por la amabilidad en el trato del personal, que le explicó la necesidad del aislamiento como una manera de prevenir el contagio y la detección a tiempo de la dolencia.
Hemos sido testigos de las tensiones lógicas de otros compañeros ante una situación estresante para muchos, pero es admirable la capacidad del colectivo de salud para enfrentar con paciencia inagotable este escenario, opinó.
Para Haydee de Armas León, quien arribó a la nación procedente de España, allí la tratan como si fuese familia, porque se siente acompañada y cuidada en todo momento, le dan mucho ánimo y aliento, y le explican que la estadía es precisa para disminuir el riesgo de que se propague la pandemia.
En lo referente a las condiciones del aislamiento y los aseguramientos dispuestos, Armas León explicó que la comida, por ejemplo, es muy buena, ya que brindan lo mejor que tienen, en momentos en que el país atraviesa una situación excepcional. Los alimentos están muy bien elaborados y no falta nada, destacó.
Según Ana Luisa López, paciente diabética de 84 años de edad, recibe en esos predios una atención esmerada, y en todo momento están pendientes los especialistas por si llegara a sentirse mal.
En el hotel este equipo de prensa entrevistó también hoy a una pareja en asilamiento con sus dos niños pequeños, nietos de una colaboradora proveniente de Venezuela que resultó positiva a la Covid-19.
Ailén Salinas Solís, la madre de los infantes, manifestó sentirse a gusto en esa instalación, si bien señaló que no es como estar en casa porque cambian las rutinas, sí tienen muy en cuenta cómo sobrellevar que haya dos infantes y por tanto las atenciones son las mejores.
Cada paciente permanece en su habitación, hasta ella se le llevan los medicamentos que necesite, los nasobucos para su cambio cada tres horas, así como el avituallamiento y el servicio de comida.
Además, las camas están separadas a más de un metro, disponen de las soluciones cloradas para la higiene requerida y todas las demás condiciones para que el periodo de aislamiento transcurra sin inconvenientes, según explicaron los especialistas.
Logística
En “Puesta de Sol” trabaja parte del personal que normalmente realiza las funciones de limpieza, recepción y de cocina, y, por ejemplo, quienes sin pertenecer al sistema de salud se han integrado al equipo y han brindado un apoyo imprescindible, según destacó Abel Hidalgo Prieto, doctor al frente del centro.
Laboran allí a su vez otras personas encargadas de la desinfección de las ambulancias que trasladan a los pacientes desde sus residencias, quienes cuentan con todo el equipamiento requerido para realizar tal encomienda.
Experiencias
Mayelín Rangel, la jefa de enfermeras, no niega que el trabajo es un poco difícil, pero reconoce haber dado un paso al frente porque para ella la salud pública cubana está preparada para dar la presente batalla.
Cuentan estos profesionales con el apoyo de la familia, y asimismo reciben a través de las redes sociales muestras de agradecimiento que les ofrecen tranquilidad para continuar su faena con la mejor disposición, resaltó.
En sus 30 años de experiencia laboral, Antonio Ramos, jefe de médicos de la institución, reconoce que constantemente se aprende y que, aunque en ocasiones surja cierto temor, está seguro pues existen y se implementan las medidas necesarias para la protección.
La mejor satisfacción es escuchar los aplausos de los pacientes a las nueve de la noche, y reconforta saber que fuera de esas paredes muchos cubanos se unen a la iniciativa, opinó la doctora Yaslenia Garcés Alcolea.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba, en plena concordancia con el gobierno y las máximas autoridades del Estado, labora para romper la cadena de trasmisión del virus y lograr así que el número de infectados descienda en el archipiélago.
Los centros de aislamiento contribuyen a esta tarea, al igual que otras acciones como las pesquisas activas y la vigilancia epidemiológica en los hogares por parte del médico y enfermera de la familia.
Un factor imprescindible, que puede salvar muchas vidas en el enfrentamiento a la COVID-19, es la responsabilidad ciudadana, si se logra imbricar las medidas con el sentido común de quienes deben acatarlas. Solo así se elevan las posibilidades de que en el territorio nacional los estragos del virus disminuyan.
(Fuente: ACN).