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La Habana, 7 may (RHC).- El Instituto de Meteorología (Insmet) de Cuba prevé para esta temporada ciclónica la formación de veinte tormentas tropicales, de las que once pueden convertirse en huracán en el Atlántico Norte, el mar Caribe y el Golfo de México.
El habitual informe del Centro de Pronósticos del Insmet previo a la temporada ciclónica -del 1 de junio al 30 de noviembre- anticipa un período 'muy activo' en la región y advierte que Cuba tiene un 80 % de posibilidades de recibir el impacto de una tormenta tropical o un huracán este año.
En cuanto a la probabilidad de que al menos un ciclón tropical afecte a la isla, los especialistas señalan que es del 90 %, por lo que alertan sobre la necesidad de mantener una vigilancia sobre el estado del tiempo y mantener actualizados los planes para mitigar sus efectos.
De la veintena de fenómenos tropicales que se prevé que por su entidad reciban nombre, catorce deben desarrollarse en la zona oceánica del Atlántico, cuatro en el mar Caribe y otros dos en el golfo de México, de acuerdo al pronóstico.
Los meteorólogos calificaron como 'favorables' las condiciones oceánicas y atmosféricas fundamentales para la formación de ciclones tropicales.
En concreto, la temperatura superficial del mar Caribe ha mostrado valores elevados desde junio de 2023 hasta abril de este año. A esto hay que sumar la incidencia de fenómenos climatológicos como El Niño (ENOS), que debe finalizar en mayo, y el desarrollo de La Niña (AENOS) a partir de julio o agosto.
En la temporada 2023 se formaron al menos 17 tormentas tropicales, de las que seis alcanzaron la categoría de huracán.
Uno de los más intensos fue Idalia, un huracán categoría 1 de la escala Saffir-Simpson (máxima de 5) cuyo golpe afectó a las provincias occidentales Pinar del Río, Artemisa y La Habana, en las que dejó miles de clientes sin electricidad y daños en la agricultura y viviendas.
El último huracán devastador para Cuba fue Ian, que arrasó a finales de septiembre de 2022 el extremo occidental de la isla, con intensas lluvias y vientos de hasta 200 kilómetros por hora, lo que provocó cinco muertos y cuantiosos daños materiales en viviendas, servicios de electricidad y comunicaciones.
Otros ciclones recordados en los últimos años por su poder destructor son Michelle (2001), Iván (2004) y Dennis (2005), mientras que en 2008 el triple golpe de Ike, Gustav y la tormenta Paloma impactó severamente al país causando siete muertos y pérdidas cuantificadas en unos 10.000 millones de dólares.