Aumento de la humedad atmosférica. Imagen: tiempo.com
Washington, 2 julio (RHC) El aumento de la humedad atmosférica produce ondas más débiles en el este africano y de movimiento más lento, que son el precursor principal o "semilla" de los huracanes en el Atlántico, confirmó hoy una nueva investigación.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Journal of Advances in Modeling Earth Systems, el aumento de la humedad también ralentiza el movimiento de la ola, lo que provocó que la formación de las semillas de los huracanes fuera más débil y más tardía cuando alcanzaron las aguas del Atlántico oriental.
Los expertos del National Center for Atmospheric Research, a cargo de la investigación recurrieron al Modelo de Predicción a Través de Escalas que tiene la capacidad de modelar el clima tanto a nivel local como global.
Con esa herramienta pudieron simular la humedad global y luego acercarse para ver cómo interactuaría con los eventos climáticos localizados que conducen a la formación de ciclones tropicales.
De esta forma, reprodujeron una ola africana del este impulsada por la humedad que se convirtió en el huracán Helene en 2006 y esa base les fue útil para agregar o quitar humedad y estudiar lo que sucedió con esos cambios.
La autora principal del estudio, Kelly Núñez, detalló que comprobaron que cuando aumenta la humedad, existe más convección y tormentas eléctricas; sin embargo, las olas luchaban por emparejarse con dicho proceso más intenso y profundo.
“Con el aumento de la humedad, la fuente de energía de las semillas de los ciclones tropicales se desplazó hacia el norte y más lejos, reduciendo la energía cinética disponible para la onda oriental africana, lo que dio lugar a semillas de ciclones tropicales débiles y carentes de energía», explicó la especialista.
Dijo, además, que el papel preciso de la humedad resultaba antes más difícil de describir, pero con el desarrollo de nuevas capacidades de modelado es posible centrarse en el papel de la humedad en la ciclogénesis que surge de la semilla del huracán.
Indagaciones previas han sugerido que el agua oceánica más cálida y una atmósfera más húmeda podrían hacer que los huracanes se vuelvan más intensos con mayores cantidades de lluvia.
Fue la indagación a cargo de Núñez la que estudió a detalle cómo la humedad atmosférica, que se prevé que aumente en un clima más cálido, puede afectar la formación de huracanes. (Fuente: PL)