La Habana (PL) Innumerables son los fenómenos naturales a los que está expuesto el hombre, por la incidencia en la salud -uno en mayor medida que otros-, pero siempre amerita conocer sobre su comportamiento para proteger a nuestra especie humana.
Por eso, entre esos eventos figuran las tormentas de arena y polvo del Desierto de Sahara que se elevan a la atmósfera y se trasladan con facilidad, según declaró a Prensa Latina el doctor cubano en Ciencias Físicas Eugenio Mojena.
Como resultado de este proceso, la arena se queda en las zonas donde se originan, pero el polvo al transportarse a grandes distancias alcanza regiones como Europa y América, apuntó.
Hay que diferenciar -en primera instancia- entre el polvo y la arena, a partir del diámetro de las partículas, dijo el colaborador de la Universidad de San Juan, Puerto Rico.
"Cuando el diámetro es superior a las 100 micras se considera arena y si es inferior, polvo".
Este indicador determina las posibilidades de transporte, en la tormenta de polvo y arena que es un fenómeno único, consideró.
"La arena sube aproximadamente hasta 15 metros y luego se deposita, y es de interés local. Por su parte, el polvo mientras más pequeñas sean las partículas más se elevan en la atmósfera y más posibilidades tienen de reubicarse".
Al decir de Mojena, este fenómeno afecta a la región del Caribe fundamentalmente durante los meses de primavera y verano. Pero, específicamente, en la mayor isla de las Antillas la presencia del polvo aumenta en los meses de junio y julio, alertó.
Se trata de una masa de aire muy seca y polvorienta que impone todo un conjunto de condiciones sobre los territorios bajo su efecto, señaló el también experto de la Sección de Satélites del CLa Habana (PL) Innumerables son los fenómenos naturales a los que está expuesto el hombre, por la incidencia en la salud -uno en mayor medida que otros-, pero siempre amerita conocer sobre su comportamiento para proteger a nuestra especie humana.entro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba.
Estas nubes de polvo, consideradas un fenómeno integral, impactan al tiempo, el clima y la salud, tanto animal, vegetal y ecosistemas completos.
Mojena advirtió que la polvareda es una mezcla que contiene mineral de origen eólico, o sea de la tierra, así como biopartículas.
En el caso de las biopartículas, se refiere a virus, hongos, estafilococos y ácaros, los cuales pueden ser patógenos (nocivos) y lo suficientemente agresivos para generar epidemias.
Además, traslada consigo todo un conjunto de eventos considerados contaminantes, como pueden ser pesticidas, insecticidas, en gran medida dañino.
Las partículas que traen consigo son de escala respirables y cuando las inhalamos llegan hasta nuestros alvéolos (cavidades) pulmonares y las mas pequeñas pueden pasar al torrente sanguíneo, advirtió Mojena.
O sea, no solo estamos hablando de enfermedades respiratorias, sino de problemas cardiovasculares, alertó.
Por tanto, se impone un tratamiento y seguimiento riguroso, por las condiciones de riesgo que trae asociado este tipo de fenómeno, sugirió.
"Aunque el polvo del Sahara llega también a Estados Unidos y Europa, en el Caribe afecta la evolución de los ciclones tropicales, porque cuando la polvareda es muy grande se forman pocos eventos de este tipo, y -por ende- escasa lluvia. Es decir, condicionan las condiciones del tiempo y el clima".
El experto recordó que en estos momentos el Caribe es considerado un corredor del asma, donde hay afectación de un 25 por ciento de la población. Por eso, las instituciones sanitarias deben estar preparadas, indicó.
Los estudios realizados hasta la fecha han arrojado que las provincias más afectadas son la más oriental de Cuba, Guantánamo, y también la central Villa Clara. Sin embargo, añadió, todo el archipiélago está bajo la influencia de ese fenómeno natural. "En marzo comienzan a llegar las primeras nubes y las ultimas en octubre por regla general, pero la máxima exposición es junio y julio".
Para los interesados en conocer sobre la presencia del polvo en la isla, lo pueden determinar cuando estamos en presencia de los días brumosos (nublados) que nos impiden ver el horizonte cuando estamos cerca del malecón habanero.
También, por las noches, vemos la dispersión de la luz de los focos que alumbran las avenidas, señaló Mojena.
A una interrogante sobre los pronósticos de este fenómeno a partir de los cambios climáticos, respondió que todo parece indicar la presencia de un Sahara más seco. Si se materializa de esa forma, vamos a tener mucho más seco el Atlántico y a su vez el Caribe, vaticinó.
"Pero no todo es malo en este fenómeno. Si estas nubes no existieran y no se transmitieran a grandes distancias, Brasil no tendrían el Amazona, donde anualmente llegan alrededor de 50 millones de toneladas de polvo".
Hace más de 30 años que estamos inmersos en el estudio de las tormentas de polvo procedente del Sahara, dijo con orgullo el especialista.
"Empezamos en condiciones muy difíciles. Eran tiempo en que la red no existía, y la información llegaba por teletipo. Pero, fuimos acumulando toda una gran base de dato y una experiencia en este trabajo".
Con el desarrollo de la era espacial, añadió, tuvimos la posibilidad de trabajar con imágenes de satélites, y esa tecnología ha sido piedra angular para este tipo de investigación.
"A partir de este conocimiento, es posible observar la tormenta desde que nace sobre las zonas desérticas".
Me fascina este mundo, son cosas que se le aprende a coger el sabor sobre todo cuando nace con tantas dificultades, celebró.
Después de más de 30 años de estudio, hoy sabemos que el polvo del Sahara que en un principio era insignificante y parecía suciedad en la atmósfera, tiene una incidencia extraordinaria en el clima, el tiempo y la salud, concluyó.