La Habana, 24 nov (RHC) El célebre tenor español Plácido Domingo amaneció este jueves en Cuba para preparar el concierto único que ofrecerá el próximo sábado en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Domingo, considerado por varios expertos como el más versátil de todos los tenores vivos, arribó al aeropuerto internacional José Martí de esta capital la víspera, poco antes de la medianoche, informa Prensa Latina.
Amén de su vasta carrera profesional, el mundo entero conoce a este cantante madrileño por haber formado parte de la influyente sociedad artística Los Tres Tenores, que compartió con su compatriota José Carreras y el italiano Luciano Pavarotti, ya fallecido.
El artista español ostenta el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, la Orden del Imperio Británico, es Comendador de la Legión de Honor, ha sido nombrado Doctor honoris causa en más de una docena de universidades y cuenta hasta con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Ha cantado en prácticamente todos los teatros importantes de ópera del mundo y posee un impresionante repertorio en idiomas como italiano, francés, alemán, español, inglés y ruso.
Según lo previsto, en Cuba, interpretará Plácido Domingo un repertorio de músicos nativos de gran trascendencia como Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona, por lo cual asumirá fragmentos de óperas y zarzuelas, entre otros géneros.
La dirección del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso informó que el equipo de realización del maestro Domingo solicitó 533 lunetas para seguidores internacionales que viajarán exclusivamente al país para este concierto.
El Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano de la Música y el Consejo Nacional de Artes Escénicas, ubicarán pantallas afuera del teatro y dos mil sillas de libre acceso para la población interesada en ver en vivo el espectáculo.
Junto a Domingo subirá a escena la soprano puertorriqueña Ana María Martínez y la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, bajo la dirección del estadounidense Eugene Kohn.
A los 75 años de edad, el cantante no piensa en el retiro, y acaba de probarlo en Viena, la capital austriaca, donde en su faceta de barítono encarnó hace pocos días al malvado Macbeth en la ópera homónima de Giuseppe Verdi, basada en la tragedia de William Shakespeare.
Precisamente allá, el virtuoso recibió en 1991 la mayor ovación concedida jamás a un artista, inscrita de ese modo en libro Guinness de los récords; pues duró una hora.