La Habana, 1 mar (PL) El Seminario Internacional del XIX Festival del Habano donde participan alrededor de 2 000 personas de más de 50 países, del 27 de febrero al 3 de marzo, destaca este miércoles en el Palacio de Convenciones de La Habana, diversos temas, incluida una clase magistral de torcido de habanos y la relación de este puro Premium cubano con el arte, mediante charlas y apuntes históricos.
En la apertura de los análisis, el director de Marketing Operativo de la corporación internacional Habanos S.A., Enrique Babot, ofició la bienvenida a los asistentes, y agradeció la presencia de expertos y personas del mundo de los negocios tabacaleros.
El investigador cubano Raúl Martell en su charla sobre Habanos y Arte explicó las características culturales de este producto y sus tradiciones, degustar un habano constituye arte, pues cada pieza es irrepetible, y por lo tanto se trata de un placer único, con fuerte vínculo entre tradición y cultivo, argumentó.
Reseñó que fumarlos facilita la comunicación y el diálogo entre personas de diferentes credos, consolida contratos de negociantes, además de facilitar la gestualidad desde la propuesta del puro hasta el encendido y luego probarlo.
Por demás, la elegancia de cada habano y relató el arte de la presentación gráfica del tabaco cubano, con empuje particular desde los años 40 del pasado siglo, resaltó.
En esa época, sentenció, se vendieron en el orbe más de 300 millones de unidades y ello también trajo falsificaciones. Mencionó al checo, nacionalizado alemán, Aloys Senefelder, primera persona que empleó la imprenta en función de la litografía del tabaco.
Además, significó que dos marcas de habanos, H.Upmann y Ramón Allones, introdujeron el sello del suministrador. Estos fueron los antecedentes de la presencia de bellas anillas precursoras del coleccionismo, conocido como vitolfilia.
Especificó que después aparecieron los lectores de tabaquería, quienes entretienen aún hoy a los torcedores mientras trabajan, mediante lecturas tanto de novelas como de noticias.
Este oficio de leer en las galeras, apareció el 21 de diciembre de 1865 en la fábrica El Fígaro de Julio Rivas, en La Habana.
Durante este miércoles,