La Habana, 11 may (RHC) A 106 años de su nacimiento, un día como hoy, Onelio Jorge Cardoso sigue llegando a las nuevas generaciones con su voz peculiar y elocuente, que le valió ser conocido como "el cuentero mayor de Cuba".
Por dificultades económicas de la familia, Cardoso tuvo que desempeñarse en diversos oficios para ganarse la vida desde temprana edad; pero así llegó a diferentes espacios de la geografía nacional y conoció a innumerables personas de pueblo que le sirvieron, en varias ocasiones, de modelos para sus personajes, ambientes e historias.
Al hombre no le basta con el pan sino que también necesita soñar, decía.
Reunió muchas de sus experiencias en la literatura, comenzó a escribir joven, ganó un concurso de cuentos de la Revista Social, en 1936, y el primer premio del prestigioso Concurso Alfonso Hernández Catá, en 1945, con el texto Los carboneros.
En ese mismo año, sale publicado en México su primer libro, Taita, diga usted cómo, mientras el autor se desempeña como vendedor ambulante, viajante de medicina y maestro rural, en una pequeña escuela del Central Narcisa, en su natal provincia de Villa Clara, localizada al centro de Cuba.
Por supuesto, todo esto solo enriquecía la narrativa del escritor, al mismo tiempo, redactaba noticias para espacios radiales, publicaba relatos en revistas y antologías y, en 1952, ganó el Premio Nacional de la Paz, por su cuento Hierro viejo.
Tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959, pudo concentrarse mejor en su pasión: fue jefe de reportajes especiales en el periódico Granma, jefe de redacción en el semanario Pionero y guionista de documentales en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).
Al fundarse la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), integró el ejecutivo de la sección de literatura y continuó publicando libros, entre estos, la primera edición de sus Cuentos completos, con dibujo de René Portocarrero, una de las figuras cimeras de las artes plásticas en el país.
Editoriales de Rusia, Hungría, Rumania, Polonia, Francia y México, además de las de Cuba, publicaron colecciones de sus cuentos.
Cardoso se desempeñó como Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en Perú, a mediados de la década de 1970, y a su regreso fue elegido presidente de la sección de literatura de la Uneac, una responsabilidad que asumió hasta su muerte, el 29 de mayo de 1986.
Antes, recibió la condición de Doctor Honoris Causa por la Universidad Simón Bolívar, de Bogotá (Colombia); y por la Universidad de La Habana; así como numerosos reconocimientos.
Sus cuentos han sido traducidos a más de 12 idiomas y algunos llegaron al teatro, la danza y el cine, no en balde se le conoce en Cuba como "el cuentero mayor". (Fuente: Prensa Latina)