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La Habana, 28 ene (RHC) El pianista cubano Cucurucho Valdés prestigiará este sábado la Sala Avellaneda del capitalino Teatro Nacional, una de las sedes del Festival Internacional Jazz Plaza, con invitados de lujo y un concierto especial dedicado a la profesora Miriam Valdés, su madre.
En la lista de músicos que acompañarán al talentoso artista en este tributo figuran Alain Pérez, Osaín del Monte, Carlos Miyares, Heidy Chapman y la Orquesta de Cámara de La Habana.
La presencia de esos músicos “de altos quilates” representa para el virtuoso un “honor y compromiso” y, sumado a ello, constituye la primera vez que asumirá una presentación, acompañado por una orquesta de cámara, la cual estará dirigida por Daiana García.
Esta confluencia artística tiene como motivación el tributo a la memoria de su madre Miriam Caridad Valdés; al cantautor Pablo Milanés, fundador del Movimiento de la Nueva Trova, y al grupo de jazz Irakere, conformado por su tío, el reconocido pianista Chucho Valdés.
“Es un placer inmenso compartir mi arte con Cuba, en un festival que se ha extendido muchísimo y eso nos llena de alegría. Desde pequeño he sido admirador y defensor de las sonoridades de la isla”, refirió el instrumentista, quien integró, entre otras, la orquesta Los Van Van.
Bautizado como Roberto Carlos Rodríguez Valdés, Cucurucho confiesa su devoción por los compositores de la nación caribeña Manuel Saumell, Ignacio Cervantes, Ernesto Lecuona y Carlos Fariñas, y a la par su defensa a la pianística cubana.
Estima que la música cubana desarrolla históricamente estilos foráneos, con influencias africanas, francesas y españolas, perceptibles, por ejemplo, en las creaciones de Lecuona; también, Irakere dio “un gran salto” hacia el Latin Jazz, AfroJazz y versiones de la música clásica.
Precisamente, considera el intercambio cultural “muy nutritivo para ambas partes” y, además, en el caso de este festival, que las nuevas generaciones, adviertan el talento de profesionales consagrados en su disciplina.
Es algo maravilloso, sentenció, “conocer las inquietudes de esos músicos, sus experiencias transmitidas en coloquios y escenarios y participar en sus clases magistrales. La enseñanza, el aprendizaje conjunto y el vínculo con las escuelas son, asimismo, un aporte invaluable de esta cita”.
“Mi mayor premio es haber contado con la compañía de mi madre. Los otros reconocimientos son motivadores, pero no hay nada más grande que haber tenido su enseñanza y academia. Ella pudo ver mi progreso y la materialización de las cosas que soñamos juntos”, confesó. (Fuente/PL)