Foto: Tomada de Cubadebate
La Habana, 3 jun (RHC) Ofrendas florales de Raúl y Díaz-Canel acompañaron la ceremonia íntima en la cual fueron depositadas las cenizas de la querida actriz y pedagoga cubana, Corina Mestre.
Un especial encanto para tocar el corazón tienen los artistas y los maestros. Si ambas condiciones se juntan en un ser, y si, además, ese ser porta las virtudes imperiosas que apuntan a la rectitud, el pueblo para quien trabaja lo hace suyo, y acoge esa entrega como una ofrenda.
Ante los que pasan la prueba de fuego para quedar de ese modo en los otros, Corina Mestre sale triunfante.
Se nos ha ido, y, sin embargo, ante nosotros, defiende personajes que nos creímos reales; nos ha dicho adiós, y sus alumnos resguardan sus advertencias; ha partido del mundo, y su voz estremecida sigue declamando, no un poema, sino el sentimiento de un coro de isla.
Cuba guardará las impresiones causadas por las actuaciones de la entrañable actriz. Los cubanos no olvidarán jamás su firmeza al expresar, sin tibiezas, lo que se precisaba oír, y del modo en que había que decirlo, si de defender las conquistas cubanas se trataba.
Vertical en su pensamiento, sencilla y cordial en el trato, natural y cubanísima, la Corina que hoy nos duele, se va, pero no se aleja.
Quienes han sido grandes para su Patria, no la pierden de vista. (Fuente: Granma)