Fernando Orrtíz. (Foto: Granma)
Por Maritza Gutiérrez
Fernando Ortiz es una figura fundamental en la etnología cubana y latinoamericana. Su trabajo ha dejado una huella indeleble en la forma en que entendemos la cultura y la identidad en Cuba. A continuación, exploraremos su vida, sus contribuciones y su legado.
Vida y Formación de Fernando Ortiz
Fernando Ortiz Fernández nació el 16 de diciembre de 1881 en La Habana, Cuba. Desde joven mostró un interés profundo por la cultura y las tradiciones de su país. Estudió derecho y se involucró en la vida política, pero su verdadera pasión era la antropología y la etnología.
Ortiz realizó estudios en diversas universidades y se formó bajo la influencia de importantes pensadores de su época. Su enfoque multidisciplinario le permitió combinar elementos de la sociología, la historia y la antropología en su trabajo.
Una de las principales aportaciones de Ortiz fue su concepto de "lo cubano". En su obra más famosa, "Los negros en la música cubana", analiza la influencia de la cultura africana en la música y las tradiciones cubanas. A través de su investigación, demostró cómo los elementos africanos se entrelazan con las tradiciones españolas y taínas, creando una identidad cultural única.
Además, Ortiz fue pionero en el estudio de la "cultura popular" y su relación con la identidad nacional. Su enfoque en la etnografía y la recopilación de datos orales ayudó a preservar las tradiciones que forman parte de la cubanía, esa “condición del alma”.
Legado y reconocimiento
El legado de Fernando Ortiz va más allá de sus publicaciones. Su trabajo ha inspirado a generaciones de etnólogos y antropólogos en Cuba y en el mundo. A través de su investigación, promovió la valoración de la diversidad cultural y la importancia de la identidad en la construcción de la nación cubana.
Ortiz también fue un defensor de los derechos de los afrodescendientes en Cuba, abogando por la igualdad y el reconocimiento de sus contribuciones a la cultura nacional. Su compromiso social y su visión humanista lo convierten en una figura emblemática no solo para Cuba, sino para toda la América Latina.