La Habana, 25 abr (RHC) Un equipo de conservacionistas que incluye a William Dupont, quien es director del Centro para la Sostenibilidad Cultural, de la University of Texas at San Antonio (UTSA), regresará a Cuba del 8 al 13 de mayo próximo para ayudar a arquitectos, ingenieros y trabajadores cubanos a construir un nuevo centro de almacenamiento y talleres para la conservación de Finca Vigía,refiere un reportaje del San Antonio Press News.
“Es una cápsula virtual del tiempo”, afirma William Dupont, profesor de arquitectura en la Universidad de Texas en San Antonio, quien durante los últimos 11 años ha sido consultor para la restauración de la casa de Hemingway en Cuba.
“Todos los trofeos, todas las botellas de licor todavía están allí, todos los libros están en los estantes. Su máquina de escribir Royal está allí en la habitación junto a su diccionario y la alfombra de piel donde se paraba mientras trabajaba -escribía de pie debido a problemas con su espalda. Ahí está un regalo del embajador de Rusia. Es un modelo pequeño del Sputnik, un pisapapeles de escritorio”.
El gobierno cubano, en conjunto con la Fundación Vigía Finca con sede en Massachusetts, completó en 2008 la restauración de los jardines y de la casa de estuco construida en 1886, valorada en un 1 millón de dólares, pero ha estado buscando la manera de conservar los miles de documentos, fotografías, grabaciones y libros conservados por años.
Mary-Jo Adams, directora ejecutiva de la Fundación Finca Vigía, dijo que Dupont “ha ayudado a nuestro proyecto a dar grandes pasos. Su delicadeza y comprensión de la población cubana ha sido muy importante”.
Lo innovador de este proyecto es que un cargamento de materiales de construcción valorados en más de 900 000 dólares llegará a la isla junto con la experiencia de los estadounidenses.
Financiada principalmente por la Caterpillar Foundation and Caterpillar Inc., la AT&T Foundation, la Ford Foundation yAmerican Express, es la primera de las principales exportaciones de materiales de construcción que llega a Cuba desde que EEUU decretó el bloqueo contra la Isla, hace más de medio siglo.
“(El bloqueo) es un gran problema para los cubanos”, dijo Dupont. “Es un gran problema para nosotros, también.”
Caterpillar, que donó 500 000 dólares a la Fundación Finca Vigía, “se enorgullece de ser parte de este importante proyecto, y estamos comprometidos con ser una empresa y un socio cultural de Cuba”, aseguró Doug Oberhelman, presidente y CEO de Caterpillar, en una declaración. “Estamos conscientes de la importancia de preservar el rico patrimonio de Hemingway que une al pueblo estadounidense y al cubano.”
Dado que muchos de los materiales son imposibles de obtener en Cuba, el envío contiene prácticamente todo lo necesario para construir la instalación de 2.200 pies cuadrados, que albergará laboratorios de conservación y una instalación para el almacenamiento de los documentos, con clima controlado.
“Los cubanos tienen bloques de hormigón y cemento”, dijo Dupont. “Tienen barras para apuntalar la estructura, suficientes para levantar este pequeño edificio, así que lo que les estamos enviando es casi todo lo demás, que incluiría ventanas y puertas, material para techos, canaletas, baldosas, techos, tuberías, accesorios de plomería, cableado – incluso cascos y gafas de seguridad. Algunos de los HVAC (artefactos para la climatización), son de muy alta tecnología, los que necesita la construcción”.
Aunque el edificio proyectado no es una arquitectura de “postal”, Dupont asegura que es justo lo que se necesita para la preservación literal del legado de Hemingway, incluyendo la correspondencia y los libros en los que escribió notas marginales o comentarios, así como los documentos de viaje, los registros y las notas de determinados momentos, pasaportes y mapas.
“Es posible reconstruir una gran cantidad de detalles de su vida y se colocarán en áreas particulares, conectados a lo que está escrito, por lo que es una documentación muy valiosa para los estudiosos de Hemingway”, dijo Dupont. “Es vital para entender de dónde viene, sus influencias, lo que está viendo mientras está escribiendo; todo eso hace que sea posible trazar la trayectoria de su vida”.
“Eso es lo que contiene la casa. Así que para mí como arquitecto restaurador, lo que estamos haciendo es mantener el legado de Hemingway, mientras su espíritu sigue ocupando el paisaje, los edificios y los jardines. Este era su lugar de inspiración artística, de creación artística, el lugar que permite comprenderlo mejor y acceder a él. Y eso es lo que estoy tratando de hacer, ayudar a mis colegas en Cuba para preservar ese legado. Solo eso.”
En 1960, el embajador de EE.UU. en Cuba, Philip Bonsal, condujo 9 millas fuera de La Habana hasta Finca Vigía, donde había sido invitado varias veces, para informar a Ernest Hemingway que Washington tenía la intención de romper los lazos con el gobierno de Fidel Castro.
Le dijo al escritor que “los funcionarios estadounidenses pensaban que sería mejor si Hemingway demostrara su patriotismo, renunciando a su amada casa tropical”, recordó Valerie Hemingway, su secretaria en ese momento y futura su hija adoptiva, en un artículo de 2007 para la revista Smithsonian: “Se resistió a la sugerencia, con fuerza.”
Hemingway, que se suicidó un año más tarde, amaba a Cuba, y Cuba lo amaba.
Fidel Castro, un gran admirador del escritor, tomó el control de Finca Vigía, o de Lookout Farm, que se convirtió en un museo – el Museo Hemingway – en 1963, cuando la esposa del Nobel, Mary, la donó al gobierno cubano.
Hemingway vivió en Finca Vigía entre 1939 y 1960 y escribió siete libros allí, incluyendo “El viejo y el mar”, “París era una fiesta” e “Islas en el Golfo”. La casa se mantuvo tal como estaba cuando vivía el escrito y sigue siendo uno de los destinos turísticos más populares en el país.