Río de Janeiro.- FIEL a su filosofía el entrenador Carlos Gil confirmó hoy aquí el propósito de que la gimnasia artística cubana visite el podio de los Juegos Olímpicos que se inauguran el próximo 5 de agosto.
“El objetivo no puede ser otro”, indicó, pero fue igualmente enfático al defender la voluntad de que sea asumido como expresión del disfrute que genera haber regresado a la isla a los escenarios bajo los cinco aros.
El diálogo con JIT se produjo tras la sesión vespertina de trabajo en que sus alumnos Manrique Larduet y Randy Lerú compartieron el gimnasio con el campeón panamericano Jossimar Calvo y la escuadra ucraniana liderada por el monarca de Europa Oleg Verniaiev.
¿En qué se centran estos últimos días?
Es su primera olimpiada, así que pretendemos que los muchachos disfruten el sueño por el que tanto lucharon, que se diviertan a la vez que se familiarizan con los aparatos que van a utilizar en la competencia, se adaptan a los horarios y buscan los niveles óptimos de ejecución, puliendo detalles de sus selecciones.
¿Cómo valoras su capacidad para responder?
Existe, como siempre, un ambiente positivo, saben lo que tienen que hacer y hay claridad sobre lo que toca en este momento, cuando cada acción está destinada a buscar la perfección, sin presión adicional ni intención de improvisar nada.
El subtítulo universal (máximo acumulador) y otros premios importantes de Manrique son un sólido sustento para mirar al estrado, pero más allá de eso, ¿de qué manera lo enfocas?
El objetivo no puede ser otro, porque es el último escalón del ascenso que comenzamos a conseguir desde los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Primero un resultado a ese nivel, después en los Juegos Panamericanos, más tarde en el Campeonato Mundial... Ahora tenemos que soñar con otras alegrías aquí.
¿Saberse llegados a golpe de esos resultados fortalece la motivación?
Es importante cumplir cada etapa, haber dado pasos que respaldan sicológicamente por el convencimiento de que los dieron porque lo merecían, que han transitado por un proceso que podemos asociar a lo que sucede a un niño que comienza desde la base y llega al equipo nacional.
¿Podrías quedar satisfecho sin una presea?
Satisfecho estamos desde que aseguramos estar aquí. Ahora aspiramos a protagonizar una bonita competencia, y que una vez más el mundo reconozca que la gimnasia cubana se está desarrollando al más alto nivel, aunque como hemos hecho siempre vamos a intentar el máximo, que en esta ocasión es la gloria olímpica.
¿Cómo valoras la opinión que les llega de la afición?
Entre nosotros reina la dicha que nos ha provocado regresar a Cuba a estos escenarios, y que nuestro pueblo cuente con la gimnasia para un resultado, que confíe en que podemos aportarlo. Es una confianza que agradecemos y vamos a hacerlo todo por no defraudarla.