Houston (EEUU), 27 oct (EFE).- El abridor de origen puertorriqueño Jake Arrieta sacó brillo al segundo partido del "Clásico de Otoño" al acercarse un juego sin hit y dando a los Cachorros de Chicago un triunfo que les permitió empatar a 1-1 la serie que disputan al mejor de siete.
Arrieta trabajó poco más de cinco episodios, estuvo cerca del juego sin hit, y llevó a los Cachorros a una victoria por 5-1 sobre los Indios de Cleveland.
Sólo una noche después de sufrir "blanqueada", los Cachorros recuperaron la fórmula que les hizo ganadores de 103 partidos en temporada regular, la mejor marca de su historia.
Bajo la dirección de los nudillos de Arrieta, los Cachorros pusieron números iguales en la serie a la que le restan cinco partidos.
Arrieta lanzó sin hit hasta la sexta entrada antes de que los Indios le pegaran dos imparables y le anotaran una carrera.
Pero el lanzador diestro dio a los Cachorros exactamente lo que necesitaban, igualar la serie, para viajar a Chicago a su campo del "Wrigley Field", en donde se llevarán a cabo los siguientes tres partidos a partir del viernes.
Arrieta no se inmutó ni ante la presencia de la estrella de la NBA, el jugador estelar de los campeones defensores los Cavaliers de Cleveland, LeBron James, quien con sus compañeros asistió al "Progressive Field" para apoyar a los Indios.
Luego de que el partido se adelantara una hora debido a que se pronosticaba una fuerte lluvia, la única tormenta la representó Arrieta, que puso en aprietos a los Indios y les mojó la pólvora.
Arrieta (1-0) lanzó cinco entradas y dos tercios sólidos, permitió dos imparables, una carrera, dio tres pasaportes y sacó por ponche a seis enemigos para apuntarse el triunfo.
El lanzador trabajó cinco entradas sin aceptar imparable y se convirtió en el primer serpentinero en lograr la hazaña en un partido de Serie Mundial desde que David Cone, de los Yanquis de Nueva York, lanzó sin hit en 1998.
Parecía que Arrieta podría lograr lo que consiguió Don Larsen en 1956, que lanzó juego perfecto en 1956, pero se descontroló su brazo y sus aspiraciones de conseguirlo se vieron frustradas.
El serpentinero diestro enfrentó a 22 enemigos, a 11 de los cuales recibió con bola de strike en el primer lanzamiento.
El único fallo que tuvo fue en la sexta entrada, cuando hizo un mal envío y permitió que el segunda base Jason Kipnis llegara a la registradora para anotar la única carrera de los Indios.
Arrieta terminó su trabajo luego de lanzar 98 serpentinas, 55 disparos fueron a la zona escondida del strike y dejó en 1.59 su promedio de efectividad.
El cerrador cubano Aroldis Chapman lanzó una entrada y un tercio, dio una base y ponchó a dos enemigos, y junto con el primer relevo Mike Montgomery, que trabajó dos episodios, preservaron la victoria de Arrieta.
Chapman recibió a cinco bateadores enemigos lanzándoles bolas de 103 millas por hora, a tres de ellos con lanzamiento de strike en el primer servicio, e hizo un total de 24 disparos, 14 a la región perfecta.
En la batería el segunda base puertorriqueño Javier Báez hizo contacto con la bola una vez en cinco viajes a la caja de bateo.
La última victoria de Chicago en un encuentro de una Serie Mundial se remontaba al 8 de octubre de 1945, cuando le ganaron 8-7 a los Tigres de Detroit.
Se dio en el sexto duelo de la serie, con lo que forzaron un compromiso decisivo, que perdieron, y no se coronan en la Serie Mundial desde 1908.
"Estamos listos para este viernes que va a estar de locos, van a ver fanáticos por todos lados", declaró Báez. "Esta victoria era muy importante para nosotros de cara a tener la posibilidad de acabar la serie en nuestro campo".
El receptor venezolano Willson Contreras estuvo en blanco con 0 de 3 y el guardabosques cubano Jorge Soler de 2-0.
Por los Indios el bateador designado dominicano Carlos Santana estuvo de 4-0, el parador en corto puertorriqueño Francisco Lindor, de 3-0, el antesalista dominicano José Ramírez, de 3-0, y el receptor puertorriqueño Roberto Pérez de 3-0.
Pérez, que una noche anterior fue el protagonista al conectar par de jonrones y remolcar cuatro de las seis carreras de su novena, esta vez salió con la pólvora mojada y dejó en .286 su promedio con el tolete.
La jornada también tuvo de protagonista latino, al expelotero dominicano David Ortiz que recibió el premio Hank Aaron de la Liga Americana como el mejor bateador durante la temporada regular.
Ortiz, el dominicano que puso fin a una carrera de dos décadas con una producción sin precedentes con los Medias Rojas de Boston para un pelotero mayor de 40 años.
Ortiz, que se retiró al concluir la temporada regular, y tras eliminado su equipo por los Indios en la Serie de Campeonato del Joven Circuito, recibió el premio por segunda vez, sumándolo al que obtuvo en 2005.
El dominicano lideró las mayores en OPS (1.021) y slugging (.620), además de empatar el segundo puesto en impulsadas (127).
También estableció récords de jonrones (38), impulsadas y dobles para jugadores sobre los 40 años.EFE