La Habana, 5 mar (RHC) El alemán Felix Brych (Múnich, 3-8-1975) será el encargado de arbitrar el duelo de vuelta de octavos de final de la Champions entre el PSG y el Real Madrid en el Parque de los Príncipes, al que los de Zidane llegan con ventaja tras el 3-1 de la ida en el Bernabéu.

A la vista de sus 115 partidos internacionales, se trata de un colegiado más casero que el italiano Rocchi (90), que pitó en la ida. Brych tiene un promedio de rojas al equipo local de 0,08 frente al 0,16 del italiano, señala 0,10 penaltis al equipo visitante ante el 0,16 de Rocchi y en el balance de amarillas también sale mejor parado siempre el equipo que juega en casa: 2,11 a los visitantes y 1,74 a los locales por partido contra las 2 y 1,84, respectivamente, del transalpino...

Atendiendo a estas cifras, parece ser que los mensajes tanto de la directiva del PSG como del propio Emery han calado en el seno de la UEFA... pero curiosamente, el Madrid no ha perdido nunca con el colegiado germano.

 A los blancos les ha dirigido en siete ocasiones. La última, el pasado 3 de junio en la final de la Champions ante la Juventus en Cardiff, con buenos recuerdos para los madridistas, que ganaron la Duodécima tras derrotar a los bianconeri por 4-1.

Además de la final del 2017, se cruzaron en la vuelta de cuartos de la Champions de la temporada 2014-15 ante el Atlético (1-0, gol de Chicharito), en las victorias en la fase de grupos de la campaña 2013-14 ante el Copenhague (0-2), en cuartos de final ante el APOEL de Nicosia (0-3), en la 2011-12, y ante el Tottenham (4-0), en la 2010-11.

También dirigió el empate ante el Manchester United (1-1) en octavos de la 2012-13 y ante el Milan (1-1) en la fase de grupos de la 2009-10.

El colegiado alemán, que ejerce de abogado en su Munich natal, comenzó su andadura arbitral en 2004 cuando ascendió a la Bundesliga. Logró su escarapela FIFA tres años más tarde, en 2007. Lo que más le distingue es su buena dirección, su colocación y que suele advertir a los jugadores de infracciones que cometen aunque no las señale. Es su manera de mostrar que tiene todo bajo control.