La Habana, 30 may (RHC) A Jesús Herrera le dieron la espalda en la selección cubana de voleibol y sintió que el mundo se le venía encima. Intentó en el voli de playa, pero eso no era lo suyo. Regresó al mundoflex por una invitación del técnico actual, Nicolás Vives, y sin dar un remate en la selección le cayó del cielo un fichaje para la Liga Argentina.
Junto con Osniel Melgarejo formó un dúo letal en el subcampeón Obras de San Juan en tierras suramericanas, donde en la recién terminada temporada “mató” literalmente la liga con números impresionantes: segundo anotador (519 puntos ), líder en aces (63, con el mejor promedio por set 0.61), segundo en promedio de puntos por set (4.99). Tales dígitos le dieron la distinción de mejor opuesto en el Equipo Ideal.
A solo horas de estrenarse con la selección de Cuba en el Challenge de Norceca, accedió a un intercambio con Radio Habana Cuba.
¿En qué condiciones llegas al Challenge de Norceca después de una extensa temporada en Argentina?
Me siento bien físicamente y motivado. Regresamos de Argentina hace como un mes y hemos entrenado de manera gradual. Ya estamos a punto. Espero que todo salga bien.
¿Qué meta particular te has propuesto?
Primero que el equipo sea campeón para poder ir al Challenge Mundial (la lid de La Habana da un solo boleto). Tenemos grandes expectativas y mucha sed de victoria. Vamos a ir con todo. Y en el orden individual jugar bien y luchar por ser el mejor opuesto, como en Argentina.
¿Cuánto te sorprendió el llamado de Obras, sin haber rematado ni una pelota en la selección nacional?
Me sorprendió mucho, pero tenía muchas ganas. Me llamaron gracias a Melgarejo, porque el opuesto de Obras, un brasileño, se había lesionado y no estaba jugando bien. Llamaron a Cuba y preguntaron por mí y el presidente de la Federación Ariel Saínz me dio la confianza y me mandaron para allá.
¿Cómo te adaptaste tan fácil a esa Liga tan competitiva?
En la liga te tratan como si fueras un argentino más. Es como una familia. A los tres días de haber llegado ya estaba bien acoplado con el equipo, además de que teníamos un excelente entrenador. La liga está entre las cinco mejores del mundo.
¿Conocemos que para la próxima temporada jugarás en Argentina con el campeón Bolívar, pero imagino que varios clubes se interesaron por ti?
Cinco equipos estaban interesados. De Argentina además de Bolívar, también el UPCN y Obras, y de Brasil nada menos que el laureado Sada Cruceiro. También de Italia algunos clubes solicitaron un opuesto, aunque es menos concreto, pues no mandan nombres.
¿Con qué te quedas de tu primera temporada en Argentina?
Con lo que logré en el servicio. Entreno mucho el saque y como ellos veían que le pego fuerte a la bola me dieron toda la confianza para sacar.
¿Te sorprendió el tratamiento tan favorable de la prensa?
La prensa me trató muy bien, mas allá de que muchas veces no me dejaban tiempo ni para comer. Averiguaban mi Whatsapp, mi teléfono, hablaban mucho conmigo, iban al terreno, me tiraban fotos. Y el público también fue excelente, todo fue fenomenal.
¿Cómo fue el reencuentro con la familia?
Desde allá nos comunicábamos mucho. Con mi novia, que es del voli de playa, hablaba todos los días, pero nada como el reencuentro. Llegar aquí fue maravilloso, los extrañaba mucho y ellos a mí. Tengo una sobrina que tiene 2 años y cuatro meses, vino corriendo cuando me vio y se me salían las lágrimas… Y la gente del barrio estaba esperándome y me abrazaban y me decían que estaban orgullosos de mí. Yo sabía que estaba jugando bien, pero no esperaba eso. Fue inolvidable.
¿Eres el primer deportista en la familia?
Mi padre, Baudilio Herrera, jugó baloncesto hasta las selecciones provinciales y mi hermana, Yanuaria, fue una voleibolista muy destacada cuando juvenil, obtuvo varios galardones individuales, pero una lesión la apartó del voleibol.
¿Por qué te vas un tiempo del voleibol de sala al de playa?
Deje el voleibol de sala decepcionado hace unos cuatro años por los dirigentes que tenía el equipo. Me refugié en el de playa para hacer algo y representar a mi provincia, Artemisa. Nunca pensé que me iban a volver a llamar, pero contrario a como dice el refrán, segundas oportunidades también pueden ser buenas.
¿Cómo afrontas la responsabilidad de ser el opuesto titular del equipo Cuba?
Soy el titular porque Miguel David Gutiérrez tuvo que ser operado y le deseo una pronta recuperación. Pero ya el profe Nicolás Vives me dijo que tenía plena confianza en mí y que contaba conmigo para los Panamericanos, para los Challenge y el Preolímpico. Le prometí jugar con todo. En estos momentos no pienso en los contratos, solo en prepararme bien para aportar al equipo.
Varios astros que brillan en el exterior están en conversaciones con la Federación Cubana para volver a la selección. ¿Lo ven ustedes con buenos ojos?
Sin ellos no creo que podamos tener un equipo para luchar al primer nivel. Algunos jóvenes sienten un poco de recelo, porque creen que les pueden quitar un puesto, pero la mayoría pensamos que es algo positivo. Por ejemplo, si viniera Michael “El Ruso” Sánchez, me obliga a prepararme mejor y a crecer como voleibolista. Al final que el titular sea el mejor. Ojalá puedan volver. Seríamos un gran equipo.
Con ese potente remate selló el diálogo con Radio Habana Cuba este zurdo de 24 años y 1.96 metros de estatura, que regresó a su pasión tras una larga pausa, pero va demostrando que segundas oportunidades también pueden ser buenas.
Este jueves, la vida le seguirá dando oportunidades. Jugará por primera vez en el imponente Coliseo de la Ciudad Deportiva, de La Habana, la casa grande del voleibol cubano.