Foto/20 minutos
Buenos Aires, 23 dic (AFP) - El legendario futbolista argentino Diego Maradona sufría trastornos hepáticos, cardíovasculares y renales y consumía psicofármacos, pero no había signos de alcohol ni estupefacientes en los estudios histopatológicos y toxicológicos, informó la fiscalía que investiga su muerte ocurrida el 25 de noviembre, a los 60 años.
En un comunicado difundido la noche del martes, la Fiscalía de San Isidro (periferia norte) dio a conocer los resultados de los análisis complementarios de la autopsia, ordenados para determinar si hubo negligencia, imprudencia o impericia en los tratamientos de salud.
Según el informe, Maradona sufría cirrosis, necrosis tubular aguda (trastorno renal), glomeruloesclerosis focal (insuficiencia renal), aterosclerosis (acumulación de grasas y colesterol en las arterias), cardiopatía isquémica (arterosclerosis de arterias coronarias) e hiperplasia arterial en nodo sinoauricular (cardiopatía).
Los análisis toxicológicos de las muestras de sangre y orina, arrojaron resultados negativos en alcohol y estupefacientes, pero positivos en desmetilvenlafaxina (antidepresivo), quetiapina (antipsicótico atípico), levetiracetam (crisis convulsivas) y naltrexona (se usa en programas de tratamiento por dependencias).
También se detectó metoclopramida (para síntomas de vaciado lento de estómago) y ranitidina (para tratar úlceras), según el informe conocido a casi un mes de la muerte de Maradona.
"Es tan importante lo que apareció como lo que no surgió de estos análisis de laboratorio, que a simple vista confirman que a Maradona le daban psicofármacos pero ningún medicamento para su cardiopatía", dijo uno de los investigadores a la agencia Télam.
La psiquiatra Agustina Cosachov y el cardiocirujano Leopoldo Luque están bajo la lupa judicial por ser los dos profesionales que atendían al excapitán albiceleste.
La autopsia realizada el día de su fallecimiento determinó que el 'Pelusa' murió como consecuencia de un "edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada, con una miocardiopatía dilatada".
Su corazón pesaba desde hacía 20 años el doble de lo normal.
El campeón mundial consagrado en México-1986 había sido operado de un hematoma en la cabeza el 3 de noviembre, cinco días después de su cumpleaños número 60, el 30 de octubre, cuando había impresionado su mal estado físico y dificultad al hablar al presentarse en la cancha de Gimnasia, el equipo que dirigía.
Maradona murió solo en una casa en un barrio privado, 30 km al norte de Buenos Aires, donde fue trasladado ocho días después de su operación de cabeza pero donde no habría tenido las condiciones adecuadas para seguir su tratamiento y postoperatorio, según la inspección judicial.
Antes de la última intervención quirúrgica había sido ingresado con síntomas de deshidratación y depresión tras ocho meses de confinamiento por la pandemia del coronavirus.
Maradona llegó a la cima mundial con la conquista de la Copa del Mundo de México-1986 y se convirtió en símbolo histórico de la Albiceleste, pero padeció graves problemas de salud por sus adicciones que lo habían llevado a estar al borde de la muerte más de una vez.
Alfredo Cahe, quien fuera médico personal de Maradona por tres décadas hasta 2007, consideró que el exfutbolista pudo hacer "un especie de suicidio".
"Me da la impresión de que Diego se dejó estar e hizo una especie de suicidio", lanzó el médico en declaraciones a radio Rivadavia días atrás y cuestionó los médicos que lo atendieron en los últimos tiempos.
Cahe, que definió al '10' como "mi gran amigo y paciente de toda la vida", recordó "un antecedente que nadie supo" de Maradona: "se llevó por delante a propósito" un ómnibus de pasajeros en Cuba, donde hizo un tratamiento por su adicción a la cocaína, entre 2000 y 2004.