Granma-Matanzas
Bayamo, Cuba, 28 jun (PL).- Tras la tormenta llegó la calma y aumentaron las probabilidades de reanudarse hoy el sexto partido de la final beisbolera de Cuba, con los reflectores sobre los protagonistas de la saga deportiva: Matanzas y Granma.
Sin notificación previa y el sol en el horizonte, la lluvia acaparó titulares la víspera y añadió dramatismo a una discusión por la corona que parecía no necesitar más condimentos para su disfrute pleno.
El duelo quedó sellado en la baja del tercer episodio, con ventaja mínima de los Cocodrilos matanceros sobre los Alazanes granmenses (1-0), que delante de su público necesitan remontar el playoff para mantener la condición de monarcas.
De hecho, algunos creen que el azar puso de su parte, porque el aguacero apenas duró una hora, pero maltrató la superficie del estadio Mártires de Barbados y convirtió la tarde en noche en cuestiones de segundos.
Es para darle más emoción a la competencia, dijo, a viva voz, una de las seguidoras de los Alazanes, que luego afirmó en un tono menos jovial: No quiero excusas, tenemos que ganar.
Y aunque “siempre que llueve escampa”, el deterioro acelerado de las condiciones meteorológicas resulta un fenómeno normal en el actual periodo y sigue latente el riesgo de volver a frenar el encuentro.
Este amasijo de dudas obligó a la Dirección Nacional de la disciplina a programar la reanudación para las 10:00, hora local, en el mismo parque, aunque con una visita previa que valorará si existen las condiciones idóneas.
Una comitiva inspeccionará temprano el recinto beisbolero y dará el visto bueno antes del traslado de los peloteros, explicó el jefe técnico del certamen, Carlos Martín, en exclusiva a Prensa Latina.
Martín fue un poco más allá y mencionó que de jugarse este martes y ser necesario el séptimo cotejo, acontecería mañana en horario vespertino, como refleja el calendario oficial de la postemporada.
No obstante, ese último y decisivo tope queda en el plano de la especulación, pues Matanzas domina 3-2 la serie y está a un éxito de coronarse, si bien Granma planea revertir el panorama y derrotar a su oponente en la final por segundo año consecutivo.
Hasta el momento, el mentor de los Cocodrilos, Armando Ferrer, planea conservar a su mismo pitcher Dariel Góngora, mientras Carlos Martí, de los Alazanes, informó que no repetirá al abridor Joel Mojena y confiará en las aptitudes de Yunier Castillo.
Ningunos de los managers anunciaron cambios en las alineaciones ofensivas y defensivas, por lo que vale la pena rememorar algunos pasajes significativos del choque de marras.
Los equipos amenazaron temprano -en el mismo primer inning-, pero los lanzadores «metieron el brazo» para solventar las dificultades y economizar las emociones que el destino tenía (tiene) en el guion.
Aun así, la calma duró poco en una instalación sin sitio para un alfiler: William Luis soltó imparable, el serpentinero Mojena erró sobre un batazo de Andrys Pérez, Yoisnel Camejo disparó sencillo impulsor y los matanceros inauguraron la pizarra ante el silencio en las gradas.
Entre tantos escenarios, varias preguntas quedan en el aire. ¿Podrá desarrollarse el sexto desafío sin el asomo de la lluvia? ¿Estará lista la grama en horas de la mañana? ¿Matanzas sellará su segunda corona doméstica? ¿Granma igualará el “dual meet”?
Todas esas interrogantes tendrán respuestas pronto; empero, en este punto, lo mejor es alejar la osadía, apegarse a un manido axioma beisbolero y esperar a que el “terreno diga la última palabra”.