¡Cuatro veces campeón! Foto tomada de Prensa Latina
La Habana, 29 jun (RHC) Los Alazanes de Granma superaron 4-0 a los Cocodrilos de Matanzas en el séptimo pleito del playoff final para terminar la remontada (4-3) y proclamarse este miércoles campeones del béisbol de Cuba.
En la oriental ciudad de Bayamo, y en un estadio ‘Mártires de Barbados’ repleto, el mánager Carlos Martí consiguió su cuarta corona en el último lustro (2017, 2018, 2021, 2022), y ascendió al quinto lugar en el ranking histórico de equipos más laureados en Series Nacionales.
A sus 73 años, Martí igualó en la segunda posición a figuras icónicas de la pelota en la isla, como Ramón Carneado (Industriales) e Higinio Vélez (Santiago de Cuba).
Bajo el grito de «sí se puede» que estremeció las tribunas, los caballos de Martí salieron impetuosos en el primer episodio y marcaron una carrera, tras hits consecutivos de Yosvani Millán y Osvaldo Abreu, pelotazo a Guillermo Avilés y conexión para doble play del capitán Carlos Benítez.
El tormento inicial obligó al pitcher matancero Yamichel Pérez a exhibir sus mejores cualidades: control y confianza, para dominar sin fisuras durante la segunda y tercera entradas, y plantear el duelo de zurdos contra Leandro Martínez, un veterano de 43 años recién cumplidos.
Empero, la calma de Pérez desapareció a la velocidad de un chasquido de dedos en el cuarto inning, con el cuadrangular del tercer madero Avilés: la TeamMate voló lejos -muy lejos- por el jardín derecho y Granma amplió su ventaja en el pizarrón (2-0).
Los fantasmas regresaron en el quinto capítulo, después de sencillos de Millán y Abreu y el segundo dead ball al jonronero Avilés, lo que provocó la salida del box del lanzallamas Pérez (3-1, 5.0, 4C, 6H, 2DB).
Contra las cuerdas y urgido de revertir el panorama, el mentor Armando Ferrer depositó toda sus esperanzas en el diestro Noervys Entenza para enfrentar a Benítez con las almohadillas congestionadas.
A sangre fría, Entenza dominó en golpes sucesivos por el cuadro al «Capi», Alexquemer Sánchez y Darién Palma para sofocar un incendio que dejó un saldo devastador: otras dos anotaciones y cuatro de diferencia para los locales.
Ante la espiral de emociones y el bullicio en la instalación deportiva, el anfitrión Martínez tiró de su oficio para sacar outs sin demasiados inconvenientes y moldear una victoria esculpida a golpes de cincel.
«Somos los campeones», repitió el público bajo un mar de sombrillas cada vez que sus jugadores lograron una acción positiva. (Fuentes: PL)