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La Habana, 28 oct (JIT) Otro hubiera desistido ante la incertidumbre asociada a los reveses, pero el púgil cubano Arlen López se crece ante esos y lo ratificó con la conquista de su tercer título en juegos panamericanos.
Por eso la emoción se apoderó de él cuando el veredicto de 5-0 convirtió en triunfo su dominio sobre el brasileño Wanderley de Souza Pereira, a quien no bastó la progresión demostrada con la conquista del subtítulo mundial en la actual temporada.
El astro de Guantánamo se apoderó con autoridad de la faja de los 82 kilogramos y se sacó las espinas de los deslices encajados en la propia justa del orbe y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023.
Y por si fuera poco, incrementó el selecto grupo de tricampeones a esta instancia, sumado a Rolando Garbey, Orestes Solano, Julio González, Félix Savón y Lázaro Álvarez, únicamente superados por un Julio César La Cruz que horas antes llegó a cuatro coronas al imponerse en los 92 "kilos".
Como sucedió en su salida anterior, martilló con el jab, se paró a la derecha o la zurda, según consideró oportuno, y proyectó prestancia entre las cuerdas. Soltó buenos golpes rectos y complementó su ataque con swings y ganchos que le asignaron variedad.
«Estudiamos bien al contrario, detallando en sus características para definir qué hacer, y desde la esquina me orientaron en todo momento», explicó el bicampeón olímpico, satisfecho con el desempeño que le permitió conducir el ritmo de la pelea para cerrar todas las puertas a las dudas.
«Nos propusimos mostrar la calidad de la escuela cubana y es bonito lograrlo con un oro que incrementa la cosecha de nuestra delegación», sentenció Arlen antes de reiterar agradecimientos a quienes confiaron y contribuyeron a su reencuentro con el nivel que pretende sostener en busca de una tercera sonrisa bajo los cinco aros.
La mostrada en la capital chilena llegó horas después de que La Cruz se robara el show en un Centro de Entrenamiento Olímpico donde hubo aplausos para su conversión en el primer púgil tetracampeón en el principal evento del deporte americano.
El colofón de la hazaña demandó al ídolo de Camagüey deshacer las ilusiones del brasileño Keno Machado, a quien aventajó 4-1 por el liderazgo de los 92 "kilos" luego de que los jueces le vieran perder el acto intermedio.
«Contento por haber respondido a mi condición de abanderado», dijo el dos veces dorado olímpico y cinco del planeta en diálogo en que dedicó la medalla «al pueblo de Cuba, a mi mamá, a mi familia y a todos los que han hecho posible que esté hoy aquí».
Cuba estuvo a punto de que el joven subtitular universal Saidel Horta (57 kg) tributara un tercer fajín, inicialmente vaticinado para el consagrado Lázaro Álvarez (63,5 kg), cuya eliminación marcó el apartado de las sorpresas.
Sin embargo, los oficiales le privaron de lo que parecía un éxito fraguado a base de impactos inteligentemente emitidos desde la larga distancia. Declararon triunfador por la vía del 5-0 al estadounidense Jahmal Harvey, monarca mundial en 2021.
Mas el cienfueguero se declaró negado a que el revés empañe la alegría asociada a su buen desempeño. También vuelve a casa con la clasificación olímpica, confirmado en su capacidad de pasar sobre obstáculos como ceder en la cita centrocaribeña de San Salvador.
«El objetivo no se logró en su totalidad, pero voy a disfrutar esta plata, dispuesto a seguir entrenándome, enfocado, con mucha disciplina, que es imprescindible, y listo para nuevas batallas», sentenció.
El equipo de la Isla completó su cosecha con una presea de bronce alzada por Fernando Arzola (+92 kg) y balance de 2-1-1 que le permitió encabezar el sector masculino, donde además de Lázaro se fueron sin premios Alejandro Claro (51 kg) y Jorge Cuéllar.
Tercera en el ordenamiento general, después de Brasil (4-5-3) y Estados Unidos (2-2-1), la armada incluyó además a las féminas Arianne Imbert (66 kg), Yakelín Estornell (75 kg) y Legnis Calá (55 kg), protagonista de la única victoria en el debut de las cubanas a esta instancia.